Entre paréntesis

Rafael Navas

rnavas@diariodejerez.com

Mucho más que un preso

La situación de Pacheco en la cárcel casi tres años sin disfrutar de un permiso había generado muchas críticas

El permiso de tres días concedido a Pedro Pacheco, casi tres años después de entrar en la cárcel, ha puesto de manifiesto, por si quedaba alguna duda, que no estamos ante un preso cualquiera de entre los que figuran en el ámbito político actualmente. La expectación creada en torno al que fuera durante 24 años alcalde de la quinta ciudad de Andalucía deja claro, a pesar de su evidente declive político, que estamos ante una personalidad que no pasa ni pasará inadvertida.

El 'caso Pacheco', si es que se le puede llamar así, ha servido además para sembrar (más) dudas acerca del funcionamiento de la Justicia, como ya apuntamos desde este mismo espacio hace unos meses y como recordó la semana pasada el catedrático Rafael Padilla en estas mismas páginas. Nada que reprochar a las diferentes condenas de las que ha sido objeto en el curso de su labor como delegado de Urbanismo del Ayuntamiento (ninguna como alcalde) por mucho que en situaciones similares haya alcaldes limítrofes que acumulen hasta una veintena de años de 'graciosa' inhabilitación. Lo que más ha llamado la atención en todo este caso es la diferencia de trato comparada con otros reclusos de mayor incidencia mediática a la hora de disfrutar de permisos de fin de semana. Sólo eso. Si Pacheco ha de ser condenado, incluso con penas de cárcel, por delitos que haya cometido, lo lógico es que lo pague. Pero que no pueda disponer de las mismas condiciones que cualquier otro preso de acuerdo con la ley, es lo que no se entiende. Aquí termina el debate. Y a partir de ahí, nos encontramos a una persona cuya carrera política hace tiempo que terminó, por mucho que en su etapa de representante público aportara luces y sombras, como muchos otros. Quienes deseaban su final hace tiempo que deben estar satisfechos. Pero ir más allá, además de ser ensañamiento, siembra determinadas dudas acerca del trato a un preso.

Estas 72 horas en las que por primera vez desde 2014 sabe lo que es estar en su casa deberían entrar dentro de la normalidad de cualquier proceso penal. Pero Pacheco, eso lo sabe mucha gente, no es un recluso cualquiera. Empezando por sus compañeros de Puerto 3, donde el ex alcalde hace tiempo que colocó un cartel en una oficina encima de los talleres en el que se puede leer "Asesoría legal". Genio y figura hasta la sepultura, Pacheco ha tenido sus más y sus menos con la dirección de la cárcel y conocidas son muchas de sus vicisitudes en todo este tiempo, que es mucho para lo que solemos ver a un político en prisión, sobre todo después de haber pagado la multa económica, algo no muy habitual. Pero todo ello y lo que le puede venir todavía en otras causas abiertas no ha de recortar en un ápice los derechos que tiene hasta el preso más ignorado del mundo. Son muchas las personas que, incluso desde el otro lado de la trinchera política, se alegran en estas horas de que Pacheco haya regresado momentáneamente a su casa. Y eso, en estos tiempos, es decir mucho de él.

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