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La esquina

josé / aguilar

Las primarias están trucadas

NO a todo. La Comisión de Garantías Electorales del PSOE de Andalucía ha rechazado todas las peticiones de los dos aspirantes no oficialistas a las elecciones primarias de candidato a la Junta (ayer se lanzó al ruedo un tercer espontáneo) de flexibilizar el proceso. No podía ser de otro modo: la Comisión se limita a asegurar que se cumple el procedimiento establecido. Cierto.

Lo que no quiere decir que el procedimiento sea plenamente democrático. Es verdad que se exigen los mismos requisitos para todos los precandidatos. Pero no existe igualdad de oportunidades, sino apariencia de ella, porque los aspirantes parten de situaciones desiguales. La candidata de Griñán (Susana Díaz) ha salido a correr antes que los otros (Luis Planas y José Antonio Rodríguez) y está siendo ayudada por terceras personas que en algunos casos son incluso los organizadores y los árbitros de la carrera.

Si Griñán quiere pasar a la historia como el primer dirigente que convocó unas primarias auténticamente democráticas en su partido está obligado a aceptar la principal reivindicación de Planas y Rodríguez, que es el acceso al censo de militantes socialistas. Sin acceder al censo, ¿cómo van a conseguir los casi 7.000 avales que necesitan de aquí al miércoles 17? ¿Yendo pueblo a pueblo megáfono en mano para que los militantes les firmen el aval? Tampoco se admite la firma por vía electrónica, como demanda el alcalde de Jun.

De ahí procede la desigualdad. El alcalde citado y el consejero Planas carecen de anclajes orgánicos y serán probablemente incapaces de reunir artesanalmente sus avales, mientras que la superconsejera Susana Díaz, con toda su vida en el aparato, ya los tiene de sobra. Ha sido secretaria de Organización del PSOE andaluz más de dos años, lleva meses tejiendo complicidades en todas partes y trabajan para su candidatura siete de los ocho secretario provinciales. No hay neutralidad de los que controlan el partido hacia los tres o cuatro aspirantes a candidato.

Formalmente todos son iguales; en la práctica una es más igual que los otros. La situación es absurda: para lograr los avales exigidos los candidatos sin padrinazgo necesitarían el censo, pero sólo les darán el censo si lograsen el milagro de presentar los avales. Con este planteamiento materialmente caciquil y las insólitas prisas de Griñán para irse de vacaciones con el asunto zanjado, las primarias estarán trucadas. Un paripé de democracia y participación.

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