las cosas que pasan

David Fernández

El problema no es la deuda

LA deuda del Ayuntamiento y sus empresas ronda los 959 millones. Y lo peor no es esta ruina, ni que las trasferencias estatales estén retenidas o que la recaudación hasta 2015 ya esté comprometida al 70%. El reto es ilusionar y que el Ayuntamiento deje de ser un lastre para la economía jerezana. Preocupa y de qué manera que sin dinero ni para folios, hay un sinfín de departamentos que no tienen proyecto al que meterle mano. Resultaría gráfico ver delegación por delegación qué presupuesto les queda y qué tareas tienen por delante. La actual incapacidad para generar recursos es sangrante. Y la prueba está en la cantidad de empleados que se pasan el día sin saber qué hacer porque no tienen cometido, a la vista de que la situación de la tesorería es crítica. Esta miseria se sufre en muchos ayuntamientos y también en la Junta de Andalucía. Hay consejerías a las que apenas les quedan fondos para acabar la legislatura. Llegados a este punto, la plantilla municipal habrá respirado aliviada al oír que el PP no despedirá a nadie. ¿Pero qué receta piensa aplicar? El gobierno local está pensando en la concesión administrativa o privatización, al menos parcial, de algún servicio público como la gestión del agua, y en la posible venta de patrimonio para enjugar la deuda: inmuebles, suelo y el circuito, si fuera posible. Sólo esto último daría para sanear las cuentas de las empresas municipales. Entregar la gestión de los Montes de Propios a través de un canon es otra opción. Aunque la prioridad ahora es reducir gastos. Antes de aplicar una medida drástica, la alcaldesa, García-Pelayo, quiere consensuar con los sindicatos una solución. De entrada y según la pirámide de edad del personal, unos 500 empleados se jubilan esta legislatura y se amortizarán en su mayoría. Esto no será suficiente porque faltan 4 años y el gobierno quiere poner al comité de empresa frente a la cruda realidad para que observe que es insostenible el actual capítulo de personal sin un sacrificio por su parte. Sin despidos, sólo cabe un plan de viabilidad y saneamiento riguroso y luego negociar a la baja la nómina, a cambio, por ejemplo, de tiempo. Sin embargo, aún no está lista la Relación de Puestos de Trabajo. Y esto es clave, aunque menos que la reacción de los empleados cuando les pregunten cómo justificar en el tiempo un negocio que hoy es inviable. La situación del Ayuntamiento es crítica, sí, pero tiene solución.

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