DESDE LA CASTELLANA

Alejandro / Daroca / Adaroca@ Nortideas.com

En los prolegómenos de la Feria

DICE el diccionario de la Real, según consulta por el sistema moderno de Internet, que la palabra prolegómeno, es la "introducción innecesaria a un acontecimiento". Pero no encuentro mejor palabra para definir el momento que, socialmente, vive la ciudadanía jerezana a la espera de una Feria. Está a la puerta y se la espera con ansiedad. El momento de la iluminación es como cuando suena el timbre de casa y estamos a la espera de amigos y familiares para invitarles a cenar. Saltamos del asiento, nos alegramos de su llegada y nos disponemos a ofrecer bebidas con el espíritu abierto y dadivoso de quien entrega casi lo mejor de lo que tiene.

Así es un poco nuestra Feria. Pero tenemos, y eso es lo que quería señalar con la palabra, unos prolegómenos con algunas dificultades que en estos días tenemos que intentar salvar, para que desprovistos de falsos uniformes, dispongamos el cuerpo para la alegría y el buen humor.

La primera dificultad viene de la faceta económica. Parece que el dinero escasea, sobre todo en determinados bolsillos. El Banco de España viene avisándonos de que antes de destinar cantidades a los fondos sociales o a rebajas de impuestos - los 400 euros que prometió Zapatero en su verborrea electoralista-conviene cuadrar las cuentas, un ajuste del gasto y saber lo que de verdad tenemos en el cajón. ¡Cómo nos vendrían de bien a todos los contribuyentes esos 400 euros para la Feria! Pero no va a ser tan fácil que nos lleguen con cierta celeridad, aunque sea para apuntarlos a cuenta. La cosa del bolsillo anda escasa, más bien tiesa y es justo, digno y necesario que tengamos la disponibilidad mínima para los cacharritos de los niños, la media botella y las tapitas para la doña. Desde que escribo, quedan diez o doce días para ahorrar, sujetarse y presentarse con algunos "leuritos" para las necesidades feriales. De lo contrario, más vale quedarse en casa, aunque la Feria brille con esplendor, como nos cuentan en los periódicos.

¿Ha vuelto ya la alcaldesa de su periplo por la China olímpica? Leí con detenimiento la magnífica crónica de David Fernández en el Diario pidiendo, más bien exigiendo diría yo, que se acabe la opacidad de estos viajes. ¿Cuánto cuestan? ¿Con quién va? ¿Cuál es el objetivo de los mismos? Estoy seguro que tras estos agotadores viajes, tras jornadas exhaustas en el Beijing del futuro, tras explicar las bondades turísticas de nuestra ciudad a millones de ojos rasgados, estará presidiendo el alumbrado del Real con su estupenda sonrisa habitual, ahíta, satisfecha y relajada. Que lo de China ha debido ser agotador. Se lo merece, qué puñetas, que para eso es su Feria.

Y otra cuestión que vuelve a resurgir en estos prolegómenos es la consabida amenaza de huelga de los autobuses urbanos que van y vienen de Feria. Estamos ya cansados de tanta amenaza, de tanta soberbia y de tanto oportunismo. No pongo en duda, en principio, ninguna reivindicación laboral, pero esta suena regular, porque todos los años los jerezanos nos encontramos con esta amenaza. A lo mejor Cojetusa debería hacer públicos los sueldos medios de los trabajadores de los autobuses urbanos, y que los ciudadanos tomaran sus propias conclusiones. O que estos mismos trabajadores realizaran sus peticiones y tomaran los acuerdos en otra época del año, a principios del ejercicio, como el resto de los mortales. Pero, ¿otra vez reivindicando algo, aunque tengan razón, a costa del chantaje a los ciudadanos? Hay que buscar otros caminos.

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