Tribuna libre

Alberto / Cuadrado

La reliquia que el tiempo olvidó

La primera referencia escrita en la prensa gráfica del siglo XIX, acerca del culto que se le rendía a la Sábana Santa de la Iglesia de la Merced, (sin duda una de las reliquias más valiosas y desconocidas que existen en nuestro país), aparece en el año 1855 en el diario El Guadalete, de fecha 22 de agosto. Y dice lo siguiente: "Hoy es el último día de la novena de Nuestra Señora de las Mercedes. Rezada que sea la novena se manifestará la reliquia de la Sábana Santa. Aunque no es la misma en la que fue envuelta nuestro amabilísimo Redentor, está tocada en la que es el original. En ella se tocarán los rosarios, estampas y escapularios que lleven los fieles".

A lo largo del siglo XIX y durante buena parte del XX, las crónicas nos cuentan cómo esta reliquia sagrada era objeto de culto por parte del pueblo. La última vez que aparece mencionada es en el diario El Guadalete, el día 15 de agosto de 1934. Se trata de un artículo firmado por Isabel García Pérez en el que menciona también un par de manuscritos colocados en sendos cuadros de la Iglesia de la Merced. En el mismo artículo dice:

"SABANA SANTA". La Sábana Santa que se expone a la veneración de los fieles el último día de la novena en la iglesia de la Merced, fue traída de Roma el año 1572, con muchas reliquias que hoy existen en la capilla contigua al púlpito. Estaban colocadas antes de la exclaustración del siglo pasado, año 1834, en magníficos relicarios que desaparecieron durante ese periodo y hoy sólo existen las reliquias en dicho altar".

Después de esta fecha, desaparece el recuerdo de esta reliquia hasta que el 25 de noviembre de 2007, el escritor Jesús Caballero Ragel, publicó un artículo en el Diario de Jerez sobre la Sábana Santa de la Merced. Este Diario, me ha dado la oportunidad de publicar sobre este mismo tema cuatro artículos (25/05/2008; 24/06/2008; 07/10/2008; y 22/08/2009).

A pesar de que resulte increíble, la historia de la Sábana Santa de la Merced no es el argumento de la última novela de Dan Brown. Por alguna razón, los investigadores que han estudiado las copias de la Sábana Santa en España, (hasta el momento se han descubierto 34), no han reparado en su existencia. En ningún libro se la menciona, y sin embargo, existe. Hemos podido verla y fotografiarla; y he tenido la oportunidad de investigarla en los pocos textos antiguos en que aparece.

Bartolomé Gutiérrez, que dice en su Año Xericiense (año 1755) página 162, "…4. En el convento de Padre Mercedarios Calzados se venera una Sábana Santa, tocada y depositada con la que se venera en Saboya, la que dexó en este Convento un señor Obispo, que la llevaba á Indias, con su auténtica (y encerrada en una rica caxa) por haver muerto en el quando iba á su Obispado: se manifiesta el día de San Bartolomé en la tarde, y el Jueves Santo por la mañana…".

Consta en numerosos documentos (Chamorro, Fariñas, La Lastra) que en 1571, Francisco de Hinestrosa, realizó un viaje a Flandes en busca de antiguas reliquias para la Iglesia de La Merced. A su vuelta, en la expedición, venía un Obispo que portaba una copia de la Sábana Santa de Turín (entonces en Chambery, Francia), con destino a América. El obispo enfermó, y antes de morir, donó la copia al convento de la Merced.

Gracias a un libro inédito que se encuentra en el archivo mercedario, escrito por Fray Pedro José Chamorro y Alba, (de fecha imprecisa, pero con seguridad a finales del siglo XVIII; lo sabemos porque consta su ingreso en la Orden, en el año 1763), sabemos que la Sábana fue llevada de nuevo a Italia por Ángelo Alberto, fraile saboyano. La hizo "tocar" con la original en Turín, como lo demuestra la firma escrita (al dorso en una esquina del Sudario) de Girolamo Nasy, Custodio (de la Sábana Santa de Turín), y que escribe: "D. Girolamo Nasy. Custode. (…) Sudario Facio fede haver fatto toca (…) propia mano dla originale il presente Sudario. Torino (…) 20 agosto 1682".

Nuevamente, la trae a Jerez, y en el texto de Chamorro queda reflejado que Ángelo Alberto, realiza una Escritura Pública de donación, de fecha de 15 de diciembre de 1686. Y por otro, una Copia Jurídica, de fecha 24 de enero de 1694. De esto se deduce que hay dos actos jurídicos documentados, notariales, que hacen referencia a la Sábana Santa de Jerez. Probablemente un caso único en España.

Pero además el fraile saboyano pone una serie de "condiciones" que aparecen descritas en el texto de Chamorro: "que se avía (había) de guardar dicha Reliquia (la Sábana), que está en una arquita dorada, y estofada, en un tabernáculo, en el altar (sic)". Y añade que "avía de tener tres llaves". De manera que cada una de las tres llaves del arca, estuviera en manos de una persona (designada) distinta, y sólo estando las tres juntas podía ser abierta.

Lo más sorprendente, es que el Padre Ángelo especifica las medidas que debe tener el arca. Y escribe a continuación que debe "medir vara de largo y una tercia de ancho". Esto es 41,5 centímetros de largo y 27 centímetros de ancho.

La Sábana Santa de La Merced se conserva actualmente en un cofre o arca dorada, sobre cuya tapa se encuentran representados dos escudos nobiliarios de armas. En el frontal figuran las iniciales M. L. H. Y debajo una fecha, 1849. Las medidas se corresponden con las descritas por Chamorro.

Las características del lienzo depositado en La Merced son únicas si lo comparamos con las restantes copias conocidas. Fariñas la define como una Sábana "blanca". Y Chamorro refiere lo siguiente: "Del mismo tamaño y lineamientos, que en la primitiva, y original". Estas dos fuentes que son las únicas que describen los caracteres del lienzo, insisten en que tiene las mismas dimensiones que la original de Turín (extremo este que hemos podido comprobar). El tejido es similar al lino en la textura, y de color blanco en la zona exenta de pintura.

La figura del cuerpo se encuentra enteramente cubierta por una película o pasta de color anaranjado. El porqué, no se sabe. Aunque bien pudiera ser para proteger a la propia imagen ya que, antiguamente era expuesta al público, dos veces al año, y, bien por efecto de la humedad, o por el humo de las velas, o por la costumbre de rozar la tela, esto hubiera podido deteriorar la imagen, por lo que se habría hecho sobrepintar esa película sobre la tela original para evitar su deterioro.

El arca de la Sábana es espectacular. De color dorado, sobre ella están pintados los escudos de armas acolados de un matrimonio, tal vez del mismo linaje. El de la forma cuadrilonga del hombre y el oval de la mujer. Igualmente, los escudos llevan en campo de gules las cinco torres almenaras de oro, puestas en sotuer. Podrían pertenecer a los Heredia, lo que probaría la tercera de las iniciales del frontal del arca, la "H". En cuanto a las otras iniciales (M.L.), podrían ser del nombre de una mujer, probablemente una descendiente de la familia, y la fecha que figura (1849), el año en que fue restaurada. La cerradura está cubierta por un manto de "Grande" (de España).

Pero, el arca esconde más secretos. Bajo la corona marquesal, situada entre las dos cabezas del águila, sobre la tapa, hay una inscripción muy poco visible, que dice: "FIAT PAX IN VIRTUTE TUA ET ABUNDANTIA IN TURNIBUS TUIS".

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