Estamos rodeados

La presión fiscal no actúa en un solo punto ni en un momento ni por un concepto ni desde una administración

Cuando nos dicen: "Estamos fatal", es una buena noticia, porque dejamos de estar engañados. He de hacerme eco, por tanto, de un lúcido artículo publicado en Expansión por el casi portuense (por matrimonio, veraneo y vocación) Fernando del Pino Calvo-Sotelo sobre los impuestos en España. El diagnóstico es que estamos rodeados. La presión fiscal es absolutamente abusiva, confiscatoria e insaciable, pero no nos damos cuenta porque el Estado ha encontrado varios trucos para anestesiarnos.

Del Pino los explica muy bien y yo los resumiré por libre y de memoria. El primer truco es crear impuestos diversos por distintos conceptos para el mismo dinero: cuando se gana (IRPF y similares), cuando se gasta (IVA y similares) y cuando se ahorra (Patrimonio y sucesiones y similares). El segundo truco, cobrarlos en varios momentos, para que no duela de golpe. El tercero, la retención a cuenta: te lo quitan antes de que lo tengas y parece que no estás pagando. Incluso hay ilusos que cuando Hacienda nos devuelve lo celebramos como un regalo. El cuarto truco, dividir las administraciones (local, autonómica, nacional) para multiplicar impuestos sin que tú los sumes. El quinto, loar las bondades del Estado del Bienestar y engatusarnos con la pensión, sin que tengamos claro adónde van nuestros impuestos ni que no estamos pagando nuestra pensión, sino a duras penas la de los pensionistas de ahora. El sexto truco es la deuda pública, que no nos pide dinero directamente sino que lo carga a nuestra cuenta y a la de nuestros descendientes. El último truco radica en que muchos servicios públicos son tan mejorables que los contribuyentes que pueden (que son los que más impuestos soportan) recurren a servicios privados, ya sean de seguridad, de educación o de sanidad, de modo que pagan el doble, y contentos. Si se suma todo, resulta que cada trabajador paga de media un 65%. Y eso es la media, ojo, porque es bastante probable que usted esté sufriendo mucha más presión fiscal.

Por suerte, somos cada vez más conscientes, trucos aparte. Gracias a estudios como el citado; y a que la voracidad recaudatoria no tiene mesura. La Junta está muy molesta con las desgravaciones fiscales de otras comunidades autónomas y quiere controlar con ojo de buitre los movimientos bancarios de las cuentas de los moribundos. Frente a lo cual, empieza percibirse, al fin, el hartazgo o la asfixia de la sociedad civil.

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