Tribuna Libre

Andrés Luis Cañadas Machado

Periodista

Carrión, mi amigo...

Esta bendita profesión de Periodismo tiene sin duda notables satisfacciones para quienes la ejercemos, pero también, a veces, sinsabores ante los que uno no puede hacer nada para no asumirlos y eso es precisamente lo que a mí me ha tocado experimentar, una vez más, esta mañana de la festividad de la Natividad de la Virgen, tan celebrada en numerosos lugares de España, cuando desde el otro lado de hilo telefónico, me comentaban que minutos después me llamarían para intervenir en el programa matinal de Onda Jerez Radio y al inquirir por el motivo de dicha participación, la compañera de Producción de la emisora municipal me “escopeteaba” – cumpliendo sin duda con eficacia la misión que tenía encomendada de contactar con los posibles invitados – que había fallecido el ex concejal José Rodríguez Carrión, provocándome un bloqueo inicial, ante la fatal noticia de la muerte de un íntimo amigo – de esos con los que uno cuenta con muy pocos en la vida -;más que amigo hermano; e inmediatamente después una profunda tristeza que aún me embarga al sentarme ante el ordenador, para redactar esta semblanza de un jerezano cabal, enamorado de su pueblo y de sus cosas, que ha servido a Jerez no solo desde el ámbito de la política sino también desde la docencia, la cultura o las cofradías, en este último caso desde su querida Hermandad del Cristo de la Viga.

Mucho se puede manifestar sobre la figura de Rodríguez Carrión, doctor en Medicina por la Facultad de Cádiz, profesión que inicialmente ejercería en el ámbito rural de nuestra Provincia y a la que, tras su paso por la política municipal con algunas de las Corporaciones presididas por Pedro Pacheco, regresaría años después de ejercer la docencia en la Escuela de Relaciones Laborales y Turismo, hasta que esta fue fagocitada por la Universidad de Cádiz y la necesaria actualización de conocimientos que le llevó a especializarse en la valoración de incapacidades, tarea a la que estaba dedicado últimamente con indudable éxito desde su “Instituto Médico Carrión”.

Hombre de la cultura, formó parte de la Real Academia de San Dionisio como miembro de Número, implicándose activamente en las tareas de la Corporación, llevó a cabo investigaciones de carácter histórico, especializándose en la figura del insigne jerezano Cabeza de Vaca, para el que promovió desde el Ayuntamiento el monumento conmemorativo de la calle Ancha y como docente, impulsó desde la citada Escuela de Relaciones Laborales dos estudios sobre los barrios deprimidos de nuestra ciudad, ambos presentados en sendos actos académicos en su día.

Compaginó José Rodríguez Carrión toda esta tarea con la que, como Capitular de la Corporación Municipal jerezana, llevaría a cabo, destacando especialmente en ella la potenciación de la Delegación de Promoción de la ciudad, desde su sede de “La Moncloita”, en la Avenida Álvaro Domecq e igualmente el impulso al Deporte en nuestro pueblo desde la delegación municipal correspondiente, época en la que su fomentó, primero, la Carrera Popular e igualmente la multitudinaria y colorista “Fiesta de la Bicicleta”, la creación del Maratón de Jerez, la construcción del Circuito de Velocidad o la consecución del Mundial Ecuestre 2002, en cuya gestación y desarrollo jugó un papel destacado, que proyectó la imagen de Jerez internacionalmente.

Como cofrade, destacó también el amigo ahora desaparecido, desde la fidelidad y el compromiso con su Hermandad del Santísimo Cristo de la Viga, lo que le llevaría, en el catedralicio templo de San Miguel, a pronunciar el Pregón de nuestra Semana Santa, condición de la que él se mostraba particularmente honrado y satisfecho y que propiciaba nuestro anual encuentro, aparte de otros muchos claro está, en la comida que quienes hemos desempeñado tan singular misión nos reúne en torno a la figura del neófito en dicha tarea.

Ya digo, una vida intensa, vivida de igual forma, con apasionamiento – y de ello doy fe como testigo excepcional – hasta minutos antes de dejarnos, cuando al marcar el reloj las cero horas de la festividad antes aludida felicitaba a su esposa Covadonga en el día de su Santo…Y así te marchabas, hermano, amigo dejándonos el impagable regalo de tu cariño, que te brotaba a borbotones por todos los poros de tu gran humanidad.

Dios te tendrá ya en la Gloria eterna. Descansa en Paz.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios