Crónica Personal

No rotundo

Fue rotundo su no a una coalición con Podemos, a indultar a los del 'procés', a cualquier pacto con Bildu...

Es una desgracia que la credibilidad de Pedro Sánchez sea nula porque de no ser así los españoles, que siguen con la máxima preocupación el nuevo desafío del partido que ha sido brazo político de ETA, se quedarían muy tranquilos ante el "no rotundo" que ha pronunciado el presidente del Gobierno respecto a su intención de facilitar la libertad, o beneficios penitenciarios, a los 200 presos etarras todavía en prisión.

Es una desgracia que Arnaldo Otegi, dirigente y principal portavoz de Bildu, no haya dado importancia a la negativa de Sánchez, pronunciada con tono solemne y en sede parlamentaria, para dar más firmeza a su frase. Todo lo contrario, Otegui ha reiterado que Bildu va a dar su apoyo a los Presupuestos Generales del Estado a cambio de la liberación de los presos etarras.

La seguridad con la que se expresaba el político vasco hace temer que vuelva ese clima que creíamos superado cuando se cumplen diez años del anuncio de ETA. No habrá atentados, pero sí el escalofrío de recordar los tiempos en los que ETA presionaba día sí y día también con la situación de los presos y organizaba manifestaciones que a menudo acababan con actos violentos en las calles. Días en los que algunos gobernantes accedían a algunas de sus exigencias.

Ojalá no se repitan, sería la peor manera de conmemorar los diez años sin atentados mortales, pero el no rotundo del presidente no garantiza que Otegi no se apunte algún tanto. De hecho, hace pocos días el Gobierno traspasó al Ejecutivo vasco las competencias de prisiones, con lo que permite al Gabinete de Urkullu, y sobre todo a Sabin Etxea, sede del PNV donde manda Ortúzar, tomar decisiones que pueden alegrar la vida a quienes están condenados por delitos cometidos durante la época más sangrienta de ETA.

El no rotundo de Sánchez es papel mojado. Fue rotundo su no a una coalición con Podemos, a indultar a los condenados del procés independentista catalán o a plantearse cualquier tipo de pacto con Bildu, por mencionar sólo los asuntos de más relevancia política con los que engañó a los que confiaron en él. No puede quejarse, por tanto, del escepticismo con que se recogen sus promesas, tanto en la oposición, como en un porcentaje importante de sus votantes.

Engaños que tienen consecuencias, porque sus adversarios ganan terreno poco a poco. No sólo el PP, sino que su supuesta aliada potente en el Gobierno, Yolanda Díaz, dice ahora que la plataforma en la que trabaja no se limitará a aglutinar fuerzas de izquierdas, también lo intentará con otras más centradas, más moderadas.

A Pedro Sánchez, un líder debilitado por su falta de palabra, le crecen los rivales.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios