El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, compareció ayer ante los españoles, en una intervención televisada desde la Delegación del Gobierno en Barcelona, para alertar del "riesgo real" que España sufre con motivo de la sexta ola de Covid-19, que ha llevado los contagios a cifras de récord en buena medida por la rápida difusión de la variante ómicron. Sánchez lanzó un mensaje de "tranquilidad" y de "confianza" porque nuestro país está en una situación mejor que los países de su entorno, gracias, fundamentalmente a una exitosa campaña de vacunación ejecutada por los gobiernos de las autonomías que no habría sido posible sin la concienciación demostrada por la población española, que ha supuesto, según los propios datos dados por el jefe del Ejecutivo, que a casi 38 millones de ciudadanos se les ha inyectado la pauta completa, lo que se traduce en un 89,7% de la población diana. Sánchez insistió en que "las vacunas funcionan" y por ello instó a "vacunarse, vacunarse y vacunarse", un llamamiento acertado cuando se ha activado ya la inoculación de la tercera dosis para los mayores de 40 años y se ha empezado a inmunizar a los menores de entre 5 y 11 años. Pero el avance de esta sexta ola hace ver que no es suficiente, porque la nueva variante del virus es capaz de reinfectar a personas que pasaron la enfermedad o se vacunaron con dos dosis. Prueba de ello es que haya adelantado al miércoles 22 la Confederencia de Presidentes. Y es que parece oportuno tomar nuevas medidas para contener el avance del coronavirus. Una de ellas, que Sánchez pareció anticipar, es recuperar el uso de la mascarilla en todo momento, incluso al aire libre, ya que se ha demostrado que su uso combinado con una adecuada ventilación y las vacunas es la mejor forma de protegerse del contagio sin llegar a restringir la movilidad o los horarios y aforo. Se impone también por tanto el consenso y la colaboración institucional, para superar cuanto antes y sin graves consecuencias esta sexta ola.