La ciudad y los días

carlos / colón

La solución es el problema

SEGÚN el último barómetro del CIS, las cinco cuestiones que más preocupan a los españoles son el paro, la corrupción y el fraude, los problemas económicos, los partidos y los políticos, y la sanidad. La comparación con el barómetro anterior ofrece unos matices curiosos. El paro preocupa un poco menos que en la última encuesta, la corrupción y el fraude más, los problemas económicos un poco menos y la sanidad prácticamente lo mismo. Se puede deducir que hay una percepción moderadamente positiva de la evolución de la crisis y del paro, lo que no evita que sigan siendo las primeras preocupaciones. Y que existe una percepción aún más negativa que en la encuesta anterior tanto de la clase política como de los partidos. Y, como consecuencia de ello, de la corrupción y el fraude que no son capaces de erradicar.

Esto último es gravísimo porque los políticos y los partidos son, no la única, pero sí la parte fundamental de la solución de los problemas que afectan a la ciudadanía. Sin embargo, ésta los percibe, no como la solución, sino como uno de sus más graves problemas. Y cuando la solución se convierte en problema las salidas se ciegan. Los partidos (y con ellos los sindicatos, sobre todo UGT) no están demostrando la necesaria energía en la solución de los graves problemas de corrupción que les afectan. La sensación de que sólo se suman a las denuncias cuando son denunciados (caso de la Junta y los ERE); de que sólo actúan cuando la cosa se hace pública y aun así disimulan, encubren o procuran encontrar chivos expiatorios; de que jamás dicen toda la verdad; de que utilizan la llamada a la militancia (o al patriotismo independentista) para cubrir sus vergüenzas; de que les importa mucho más lo que afecta a sus partidos que a la nación y lo que afecta a sus dirigentes que a sus militantes.

Estas sensaciones, basadas en las noticias que afortunadamente les llegan a través de una prensa libre (no libre de influencias, pero sí de sacar las vergüenzas de aquellos con los que no se alinean), son las que se reflejan en la encuesta. Es necesario que los dirigentes sean mucho más contundentes en la lucha contra la corrupción interna, mucho más eficaces en la lucha contra la crisis y el paro, y mucho más generosos y patriotas a la hora de suscribir pactos en nombre del bien común. ¿Utopía? No, política. En su más noble sentido y no en el más abyecto, que es el que venimos padeciendo.

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