La colmena

Magdalena Trillo

mtrillo@grupojoly.com

Los 'speakeasies' de la pandemia

#QueremosLosNombres... Francia decreta el tercer confinamiento y sus ministros se van de fiesta. Ni en Cannes

Caviar y champagne. Menús exclusivos y el morbo de lo clandestino. ¡Prohibidas las mascarillas! En un viaje a Egipto, me temblaron las piernas cuando unos comerciantes del Bazar Jan el-Jalili me hicieron desaparecer en un oscuro laberinto para conseguir una alfombra a precio de ganga: nunca he sabido regatear. En Nueva York, la ruta de los speakeasies no tiene nada que envidiar a la de la Quinta Avenida: ni en Escocia he pagado tan caro un par de sorbos de whisky deslizándose en una quebradiza taza de porcelana.

Francia decreta el tercer confinamiento y sus ministros se van de fiesta. Ni en Cannes. Las imágenes que han escandalizado a medio país están a la altura de las explicaciones de los organizadores: que eran clubes privados y que su objetivo casi era un servicio terapéutico contra la fatiga pandémica: "Una vez que cruzas la puerta no hay Covid".

Si esta Semana Santa hubiera volado a París, cumpliendo la surrealista normativa que me permitía ser turista internacional pero no ver a mis padres, ¿me hubiera resistido a las puertas invisibles y a las escaleras escondidas? No es ninguna disculpa para quienes tienen la obligación de dar ejemplo como no lo es para quienes se han montado la fiesta en casa (los que he visto en vacaciones no eran precisamente universitarios), para quienes se han ido de bares como si estuvieran de comunión (con Kichi y Susana Díaz dando la nota) o para quienes se han hecho los suecos saliendo debajo de un paso en procesión.

Me gustaría pensar que la indignación por las lujosas cenas secretas que ha desvelado una televisión francesa -bien sabe Murdoch el rédito de una cámara oculta- tiene algo que ver con los locos años 20 de hace un siglo. No por la arrogancia de los privilegiados que han podido gastarse 500 euros en un menú sino por lo que pueda anticipar de final del túnel.

La comparecencia de Pedro Sánchez detallando la compra de vacunas y el calendario de los próximos meses no ha sonado a propaganda. Es un escenario "prudente" para alcanzar la inmunidad de grupo a finales de agosto: 33 millones de españoles inmunizados, el 70% de la población. No es probable que Andalucía acuerde hoy relajar las restricciones (los datos aconsejarían todo lo contrario) pero le voy a dar la razón al presidente del Gobierno: "La vacunación es la política económica más eficaz". Y, al menos en España, no está sujeta a los dígitos de tu número de cuenta. A que un entrajetado te permita cruzar lavelvet rope.

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