A los que, como yo, se lo creyeron

En su casa, junto a los retratos familiares, a la imagen de Jesús Nazareno y a otra en la que Pepín Martín Vázquez daba una media soñada, había una vieja fotografía con la leyenda: El año de Don Helenio. Era el año en el que fue Campeón de Liga. Aquella temporada de Bustos, Guillamón, Campanal, Valero, Ruiz Sosa, Achúcarro… Desde aquel lejano 1948, hubo pocas posibilidades; quizás el año de Kanouté y Luis Fabiano, con Juande en el banquillo; aquel año del recuerdo amargo de un árbitro al que, hoy - no sé por qué - se le da credibilidad desde una emisora de radio cuando él fue poca cosa. Este año, hemos soñado con que, quizás, se podría. Hasta casi el final hubo un rayito de esperanza. Me creí, así lo imaginaba, que otra imagen como la del año de Don Helenio, podría hacerse realidad. Era muy difícil porque delante estaban los equipos de Madrid y el sempiterno Barcelona cuando uno, pequeñito, quisiera. No ha podido ser. La culpa, probablemente, el no creérselo y el perder la oportunidad en partidos intrascendentes que se fueron: ¡ Ay, los puntos del Elche y los del Bilbao!. A mí, como a casi todos, se nos diluyó el sueño. Lo que más me duele es que la prensa de Madrid nunca nos diera importancia, ni siquiera se nos mentaba; también la alegría de los de la otra acera; la de estos era de esperar, olvidándose de cuando decían que nosotros sólo ganábamos "paragüeros" y, ahora, luchan denodadamente por estar allí donde lo hemos sido todo. Es la historia que se repite porque, eso, sólo lo consiguen siempre los mismos, los de Madrid y uno más cuando un sabio pequeñito lo quiere. Tuvimos el sueño y nos despertamos como siempre. La fotografía no llegará nunca. Están los equipos de Madrid y el otro del sabio argentino. Fue bonito mientras duró.

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