Comentábamos en nuestro anterior artículo la importancia que las novelas de bolsillo habían tenido en la España de la posguerra y cómo habían ayudado a incrementar un amor por la lectura que en cualquier caso servía para acercarse a la literatura y en cierta forma a la cultura. Hoy nos referiremos a los tebeos, aquellas publicaciones que nos hacían viajar por todos los lugares del mundo y sentirnos héroes de aventuras fantásticas. Claro, en la época de las "plays-station" decirle a un niño que coja un tebeo sería tal temeridad que incluso habría que explicarle en primer lugar el significado del término. Pero en aquella época en que no había televisión, y si la había era en blanco y negro y con sólo dos cadenas, los tebeos eran fundamentales. Por cierto, la segunda, también llamada UHF se cambiaba con un botón o similar que tenían los aparatos, y manualmente. Me río yo de los mandos a distancia actuales.

Yo me voy a referir a mis favoritos. En primer lugar lógicamente "El Capitán Trueno", héroe caballeroso español ambientada sus aventuras en el siglo XII. La editorial Bruguera y el guionista Víctor Mora con Fernando Costa de dibujante, trazaron un personaje que perdura en la memoria de chicos y mayores desde su primera edición en 1956 .Acompañado de Goliath y Crispín, su gallarda actitud defendiendo valores universales y eternos cautivó a toda una generación de chavales que soñábamos con ser, al menos, la mitad de valiente que el Capitán Trueno. También soñábamos perdidamente enamorados de la bellísima y rubísima Sigrid de la isla de Thule. Recuerdo que en un episodio los "malos" raptaron a la guapísima novia del Capitán Trueno y yo soñaba todas las noches con ser el que la rescataba y quizás por ello la nórdica reina se fijara un poco a mí.

Su creador, Víctor Mora, declaró una vez que hoy en día sería un defensor de los derechos humanos universales. Tal como está el planeta va a ser necesario. No hay más que recordar la canción del grupo español Asfalto: "Ven Capitán Trueno, haz que gane el bueno, que el mundo está…al revés….". Pues eso.