Crónicas levantiscas

Juan Manuel Marqués Perales

Me lo temía

MI alcalde es comparsista. No es tan grave, peor hubiera sido que nos saliera tuno. Kichi se arrancó por Martínez Ares en el mitin de Pablo Iglesias y nos cantó lo de Era un 4 de diciembre de Los Piratas. Con los nudillos marcaba el compás mientras se desgañitaba como hacen las comparsas, y no es que tenga nada contra este tipo de agrupaciones, es un asunto de estética, prefiero el tango y la chirigota al engendro folclorista. No hay nada malo en que mi alcalde sea comparsista, peor es la esterilidad de su izquierdismo y la parálisis de la que ya hablan los empresarios andaluces: en el mejor de los casos, Cádiz habrá perdido cuatro años. En Podemos hay dos almas, una es la del infantilismo de la izquierda anticapitalista que ya Lennin vio entre los suyos. La otra es una socialdemocracia con acné y peleona, pero muy pragmática, la de Errejón. ¿E Iglesias? En Cádiz explicó lo que me temía: que él no se llama Pablo Iglesias por casualidad. Cuántos padres vi en los años ochenta ponerle Pablo al niño, ea. "A los socialistas de corazón, bienvenidos a casa", exclamó. Pero, bueno, ¿usted no decía hace dos días que lo de la izquierda y la derecha era de trileros? Veleta y faltón, quedaba que Pablito llamase Menina a Soraya. Y es que hay niños que nunca crecen, aunque midan más. Si hay votantes a los que no gusta Rajoy, Pablo les ha dado Soraya.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios