A torso nudo

Ahora que la ONU va a prohibirnos comer carne, crece el sex-appeal electoral de los fofisanos

Ha hecho correr ríos de tinta, que mejor hubiesen sido de agua y jabón, la foto de estudio de Monedero con medio cuerpo al aire. Recuerda a esos filósofos antiguos que pintaron nuestros maestros, entre el «Esopo» de Velázquez y el «Demócrito» de Ribera, aunque con gafas y calzoncillos de marca. Allí posa, medio mendigo, medio presocrático de los que decían que todo sale del agua. No, del agua, no, del agua, ¡no!; de la tierra. Dentro de dos o tres años será clavado al «Viejo desnudo al sol» de Fortuny.

El posado de Monedero ha coincidido en el tiempo con las fotos en la playa de Matteo Salvini, a torso nudo, como dicen, neoclásicos, en Italia. Como allí son muy estilosos, se ha comentado que ésa no es hechura de salir en la prensa y se ha recordado que Aldo Moro bajaba de traje de chaqueta a la orilla o, si no quedaba más remedio, con albornoz.

Cada foto tiene su análisis político. La de Monedero, con ese eco enteco de claroscuro barroco y su aire alucinado, no terminará de conectar con un grupo amplio de votantes.

Lo de Salvini tiene más materia, literalmente. Porque el hombre porta su barriguita, muy comentada, que es la curva de la felicidad o la curva ascendente que experimenta en las encuestas. Ha dicho: «Los hombres gorditos son los que tienen sustancia». Parece una excusa, pero cuidado con el sex-appeal electoral de los fofisanos. Frente al pobretismo (como pose, ojo, a lo Monedero), al vegano o al vigoréxico de los abdominales, una barriguita feliz es un guiño a todos los votantes ordinarios, normales, de clase media.

Por supuesto, el discurso de Salvini no se ciñe a un milimétrico sobrepeso, pero éste marca una tendencia. Lejos de las imposturas fotogénicas y de las utopías esculturales, se dirige a la gente corriente. Hace lo mismo con el discurso migratorio, con el amor a la nación, con la fe, con la economía, etc. Lo llaman «populismo», porque, como dijo Scruton, «ése es el nombre usado por la izquierda para describir las emociones de la gente normal, cuando no tienden a la izquierda».

Están calculado los sociólogos y los estadísticos cuánta popularidad han dado a Salvini sus vacaciones en traje de baño. Supongo que no tendremos datos del impacto que haya producido la foto de Monedero enseñando sus calzones. No será un gran impacto electoral, aunque a mí me haya dejado mucho más impactado que las de Salvini, tan lógicas y naturales, al fin y al cabo.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios