La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

El último servicio de Isabel II

De los 20 millones de espectadores de su boda a los cuatro mil de su funeral, Isabel II ha hecho historia de la TV

Isabel II, tan seria, tan reservada, tan profesionalmente entrenada para no mostrar emociones, ha sabido manejar su imagen como nadie, salvo Kennedy, lo ha hecho. Y ambos, Kennedy sin preverlo -aunque Jacqueline tuvo mucho que ver- e Isabel II organizándolo ella misma, culminaron sus vidas con dos funerales espectaculares que dejaron imágenes históricas. Basta recordar el cortejo de Kennedy recorriendo Washington a pie por deseo de Jackie en lucha contra todos los asesores de seguridad y al pequeño John saludando militarmente el féretro de su padre. El funeral de Isabel II ha asombrado al mundo por su suntuosa espectacularidad como ninguna producción de Hollywood, ni aun trampeando con efectos digitales, podría hacerlo.

El fotógrafo Jacques Lowe creó la potente imagen de Kennedy como líder moderno carismático y próximo a la vez, de responsable -pero nunca abrumado- presidente del país más poderoso del mundo y padre cariñoso cuyos niños jugaban en el despacho oval, tan elegante vistiendo traje en actos oficiales como trabajando en mangas de camisa o con ropa deportiva en la mansión de veraneo de Cape Cod. A ellas hay que sumar el original retrato póstumo -Kennedy cabizbajo, con los brazos cruzados- que Jackie encargó a Aaron Shikler para la galería de la Casa Blanca.

Por su longevidad y por la pompa británica Isabel II tuvo una larga galería de retratistas. Se han pintado más de 120 retratos de ella en todos los estilos imaginables, destacando los de Justin Mortimer, Antony Williams, Benjamin Sullivan, Granville Chandor, Lucien Freud, Andy Warhol o Pietro Annigoni. Ha sido fotografiada por L. Sheridan, D. Wilding, J. Rankin, A. Leibovitz y el gran Cecil Beaton.

Pero donde ha hecho historia es en la televisión. Desde su coronación en 1953, primer evento mundial retransmitido que tuvo una audiencia de 20 millones de espectadores, hasta su funeral, que ha tenido una audiencia calculada en más de cuatro mil millones: un récord histórico. Por algo la monarquía británica es la quinta marca más conocida y de mayor valor del mundo, solo superada por Facebook, Amazon, Google y Apple. ¡Y dicen que le sale cara a los británicos! No hubo mejor agente de ventas que promocione a la vez la historia, la leyenda, el mito, la cultura y el turismo que esta reina -tan seria, tan pop- que, ya muy anciana, se dejó llevar en helicóptero por James Bond o toma el té con el osito Paddington.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios