LA pandemia no ha impedido que sigan saliendo a la luz importantes trabajos de investigación sobre el pasado de la ciudad. De este modo, hace unos meses se publicaba el libro “Apuntes para el Urbanismo en Jerez durante el siglo XIX”, de Jesús Caballero Ragel, que merece hoy una breve reseña.

El urbanismo decimonónico local había sido tratado de manera parcial por otros investigadores, como Aroca Vicenti o Aladro Prieto. Sin embargo, en este caso se trata de una monografía, un análisis global que consigue darnos una imagen completa del asunto partiendo de variados enfoques. Su autor lleva años adentrándose en la Jerez del ochocientos. De hecho, una buena parte del contenido de esta obra parte de la tesis doctoral que Caballero dedicara a la arquitectura y urbanismo jerezanos durante el reinado de Isabel II.

Estos conocimientos quedan reflejados en el capítulo inicial que nos presenta el contexto histórico de una localidad que, empujada por la opulencia de su industria vinatera, persigue insistentemente su modernización con pioneros proyectos, muchos de ellos expuestos en las páginas siguientes y ordenados en tres grandes apartados. Así, se empieza por las infraestructuras (alumbrado público, abastecimiento de agua o cementerio). Le sigue una sección donde se tratan las implicaciones urbanísticas que conllevaron determinados hechos y medidas (derribo de la muralla, la instalación del ferrocarril o la arquitectura bodeguera). Para finalizar, se analizan los diferentes intentos de conseguir aquellos equipamientos considerados entonces básicos (teatro, mercado y plaza de toros).

La rica documentación, expuesta de manera minuciosa, está integrada en un libro con una calidad de edición notable y atractivamente ilustrado con planimetría, plantas y alzados de gran interés. Un estudio de lectura imprescindible.

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