La tribuna

manuel F. Sánchez Blanco

De utopías y programas

ME entero por unas declaraciones de Felipe González del concepto "utopías regresivas", y puesto a pensar sobre ello concluyo que si las utopías las asociamos a los ideales (ya Platón en su República asoció ambos conceptos uniéndolo al de justicia), un "ideal regresivo" sería la búsqueda del mal en la organización social.

Fue Tomás Moro en 1516 quien en su obra Utopía usó esta palabra para definir una sociedad idílica, cuyos habitantes habían logrado el Estado perfecto, caracterizado por la convivencia pacífica, el bienestar físico y moral de sus habitantes y el disfrute común de los bienes. La palabra utopía expresa, por tanto, el objetivo de alcanzar un mundo mejor, más solidario y más justo.

Así que llamar al programa de la formación política Podemos "utópico regresivo" es sencillamente decir que esta formación persigue un mundo peor, insolidario e injusto. La pregunta que debemos hacernos a continuación es: ¿es esto cierto?

Veámoslo. Desde el punto de vista económico (no hay espacio para más) el programa de Podemos coincide bastante con la opinión de numerosos analistas económicos de prestigio, líderes políticos y sindicales, columnistas y, sobre todo, con la opinión de la gente corriente.

Sólo hay una cuestión en el programa que es inasumible y constituye un error monumental que empaña al resto; me refiero al ya famoso: "Auditoría ciudadana de la Deuda", sobre la que finalmente proponen lo impronunciable: impago. No hace falta ser un experto para saber que esta acción llevaría a nuestro país a la ruina en muy poco tiempo.

Nuestro país necesita financiar su déficit fiscal, así que no queda otra que acudir a los mercados y pedir prestado y esto significa, caso de que te lo den, devolverlo a su vencimiento y liquidar los intereses devengados. Y esta es una regla de oro inviolable, tanto en las relaciones comerciales entre países como entre las personas de bien. No hay discusión. Otra cosa sería discutir sobre los intereses abusivos y usureros a los que nos han sometido, pero ya digo, eso es otra cosa.

¿Diríamos, por tanto, que Podemos persigue el mal de los españoles con tan sólo analizar esta propuesta errónea? No lo creo, al amparo de las otras muchas propuestas económicas de gran calado, tendentes a la obtención de ese mundo mejor como las que voy a enumerar someramente:

Políticas efectivas de empleo (ellos las llaman "Rescate del empleo"). Jornada laboral de 35 horas y jubilación a los 60 años como mecanismo para redistribuir el trabajo y la riqueza (se hizo en otros países con menor paro que el nuestro, en nuestras grandes empresas donde la votaron los trabajadores…). Cambio del modelo productivo basado en la innovación (¿quién no lo ha dicho?). Protagonismo de las pymes, autónomos y medianas empresas. Incremento del salario mínimo interprofesional (se lo hemos oído al señor Zapatero hace unos días, a expertos en estas mismas páginas…). Limitación del salario máximo, pensiones mínimas dignas (y no como las que le quedan a los autónomos después de cotizar toda una vida, por ejemplo). Políticas redistributivas para la reducción de la desigualdad social (que cada día es mayor y más vergonzosa, con amplias capas de la población en el nivel de la pobreza y la exclusión social, ¡casi un 30%¡). Creación de una banca pública (que le haga una competencia lícita a la privada y evite así sus abusos). Renta básica para todos los españoles por el mero hecho de serlo (para todos aquellos que están en la precariedad y sin ninguna ayuda ¿Quién se opone?). Control público de los sectores económicos estratégicos como las telecomunicaciones, energía, alimentación, transporte, sanidad y farmacia, educación (los ciudadanos no pueden estar ajenos a las decisiones de estas compañías, necesitan que su voz se oiga y tengan el mismo o más poder que el resto de los consejeros, creo que Podemos lo llama el "Lobby ciudadano"). Creación de una agencia pública europea de rating (se lo hemos oído a casi todos los líderes europeos, no podemos seguir en manos de las agencias norteamericanas). Conversión del BCE en un auténtico Banco Central (al estilo de la Reserva Federal), etcétera.

¿Utopía regresiva? Pues más bien parece, con el tropiezo de la deuda, todo lo contrario. Se ha dicho que es un programa alternativo y no lo es en absoluto, pues creo que todas las formaciones políticas y sociales de bien persiguen los mismos objetivos, sean cuales sean sus banderas y colores.

Unamos nuestras fuerzas, dejemos las descalificaciones, las envidias y los intereses personales y luchemos, cada uno desde su terreno, contra el auténtico mal de este mundo, el que impide que sea mejor, más solidario y más justo y que se llama: dinero. Hagamos que no sea verdad esa máxima sarcástica y con un cierto humor que dice: "Hay una regla de oro, el que tiene el oro hace la regla". Hagámosla entre todos en paz.

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