Entre los spots de televisión de estas Pascuas, destaca el discurso de fin de año de Juan Manuel Moreno, de 12 minutos. Superproducción, seis escenas con todos los recursos del género, tractores o volquetes de atrezo y una docena de extras… El presidente de la Junta es un gran vendedor. En el Parlamento se declaró una vez "un comercial a favor de Andalucía". En el cambiante currículo académico que se ha atribuido, en 2008 era director comercial. Y cuando llegó a la Secretaría de Estado de Servicios Sociales, graduado en Protocolo y Organización de Eventos.

De hecho, el mayor entusiasta de estas producciones cinematográficas es el propio presidente, aunque lo disimule: el día 30 en Sierra Nevada dijo que en la grabación del discurso lo torturaron: "me hacen hablar andando, me cambian cinco veces de sitio, me torturan cada vez para ensayarlo y practicarlo". No se conocen cuántas tomas falsas hubo; a la prensa nunca la invitan a la grabación. Una pena, porque el making of tendría éxito. Hay uno antológico: Cómo se vende un presidente, en el que Joe McGinnis describía el teatro político y el márquetin de la campaña electoral de Nixon en 1968. La siguió con los equipos de publicidad y relaciones públicas de Nixon y estuvo en momentos íntimos, como una grabación de tres spots para televisión. Transcribe textualmente de todo lo que dijo Nixon en las nueve tomas falsas y las tres buenas, y cuenta todos los incidentes, interrupciones o cambios de guion.

Moreno hizo el discurso en la cooperativa olivarera Picualia de Baeza. Vendió con oficio el liderazgo mundial del aceite de oliva jiennense y andaluz, y aprovechó para atribuir a Andalucía otros récords más discutibles, entre los que obvió que la región pierde convergencia con España desde 2005 y lleva una década estancada en torno al 74% del PIB nacional. En el vídeo le hacen primerísimos planos para que el protagonista hable del valor sentimental de la propiedad agraria, le pida al Gobierno inversiones hídricas y le exija al presidente Sánchez respeto a la autonomía andaluza. En otros planos cortos presume de estabilidad institucional o de lo moderado y tolerante que él es.

Hay que reconocerle al presidente que domina el márquetin político y reluce en estos eventos propagandísticos. Por ejemplo, la emisión se ha desplazado del 30 al 31 para ganar audiencia. Jacques Séguéla, el más prestigioso publicista político del último medio siglo en Francia, cuando escribió sus memorias las tituló: "No le digas a mi madre que trabajo en publicidad... Cree que soy pianista en un burdel". Allí explicaba que a los publicistas se les conoce por los cafés, aceites, automóviles, detergentes o celebridades que lanzan, pero que en sus memorias hablaba del producto que mejor conocía: él mismo. Siguiendo esa línea, Moreno se vende a sí mismo estupendamente.

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