Cuarto de Muestras

Otra vez Pemán

Esta gente quemaría libros en una pira si les valiera

Me avergüenza como jerezana que le quiten el nombramiento de hijo adoptivo a Pemán, pero, quitarle ese título no le hace peor escritor ni a los políticos mejores políticos. Detrás de ese acuerdo sólo hay ineptitud para resolver los problemas presentes e incapacidad para mejorar el futuro, que es a lo que se debe de dedicar la política. Que dejen de mirar para atrás y de sacarse del estómago los cristalitos de resentimiento. Parece que cuando no tienen manera de disimular su mediocridad y la nulidad de su gestión sacan a pasear a Pemán e intentan agraviarle desconociendo que un escritor no tiene más honra que sus libros.

Esta gente quemaría libros en una pira si les valiera, rajaría lienzos y nos taparían los ojos con la venda del sectarismo para que no pudiésemos mirar la vida con sentido crítico y libertad, con sus luces y sus sombras, con sus aciertos y errores y, todo, cómo no, lo hacen en nombre de la democracia. Aunque Pemán fuera el dragón de Komodo, que no lo fue, nada justificaría quitarle los honores que en un tiempo y en un contexto quiso darle la ciudad. Me pregunto quiénes son, de dónde vienen y qué bagaje acredita a estos inquisidores de la historia que van quitando y poniendo títulos que sólo recuerdan familia y allegados. Qué bien percibe la ciudad con ello porque no somos menos pobres ni más limpios ni desgraciadamente menos incultos.

No sé de dónde sacan que para ser artista haya que tener un certificado de buena conducta y una determinada ideología. La historia del arte está cuajada de genios que no se caracterizan por ser buenas personas ni de ideología políticamente correcta. Menos mal que Picasso no es jerezano porque a poco que conocieran su vida esta gente arrastraría sus cuadros por el barro. Y con Alberti, no sé que harían con Alberti, ah no perdón que era de izquierdas y entonces no importa.

Igual que los nacionalismos, la ignorancia se cura viajando, leyendo, mirando la vida sin la deformidad del prejuicio. De esta gente nos salva la realidad, nos salvan las obras de los autores denostados. Quien quiera emitir un juicio sobre Pemán que lea su obra y le juzgue como escritor con sus luces y sus sombras. Que lea sobre todo sus artículos en los que refleja muy bien la persona que hay detrás. Parece que todo español tiene dentro un inquisidor dispuesto a quemar en la hoguera a quien no comparta ideología. Pero también eso se arregla leyendo. Ignorantes.

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