Crónica personal

Pilar / cernuda

Hay vida fuera de Bárcenas

TRES grandes de la banca, Botín, González y Fainé, han enviado mensajes positivos a la sociedad: se ha tocado fondo, pero a corto plazo se empezarán a ver los resultados de unas reformas que han sido muy duras pero que sentarán las bases para un futuro más estable que gradualmente irá dejando atrás la crisis más grave que ha sufrido España. Buena noticia, aunque también hay otras más amargas que no por ser ajenas al caso Bárcenas, que protagoniza toda la información e incluso los estados de ánimo, merecen ser dejadas de lado.

El Rey ha recibido a un Artur Mas que ha querido explicar a don Juan Carlos sus proyectos sobre la consulta independentista. Las crónicas ponen el acento en el rostro de seriedad extrema del Rey, que siempre le ha puesto buena cara al presidente de la Generalitat, al que fuera. Su seriedad expresa su estado de ánimo ante la operación secesionista que encabeza Mas, pero no nos engañemos: han hablado en profundidad, a tumba abierta. Y si Mas ha defendido su posición, el Rey le ha expresado abiertamente la suya, sin complejos. Como ha hecho siempre.

No está atravesando buenos días el Rey, todo lo contrario. Independientemente de que debe sentirse preocupado por la sombra de corrupción que afecta al partido del Gobierno, tiene serios problemas en casa, en la familia. Que además de sus presuntos delitos Urdangarín haya faltado el respeto al título otorgado por don Juan Carlos a su hija Cristina por su boda, hasta el punto de que la ciudad de Palma haya eliminado el nombre de Duques de Palma a la Rambla y haya pedido que Urdangarín renuncie al título, lo que no ha hecho, supone un sufrimiento para el Rey. Urdangarín se mantiene en su posición de no pedir perdón por nada como se le había aconsejado, aunque tendría que haberlo hecho motu proprio, más bien todo lo contrario. Y también sin duda supone un sufrimiento para el Rey y para todos los españoles de bien, que haya asumido su condición de senador un personaje tan tenebroso como Goyoaga, tan cercano a ETA que se puede confundir con uno de los terroristas a los que ha defendido a capa y espada justificando sus fechorías, sus delitos, sus salvajadas.

Bárcenas impregna todo, hasta el punto de que las decisiones tomadas ayer por el Consejo de Ministros apenas han podido ser explicadas por la vicepresidenta Sáenz de Santamaría, asediada por las preguntas relacionadas con el caso que perturba al PP. Pero hay vida fuera de Bárcenas.

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