CATAVINO DE PAPEL

Manuel Ríos Ruiz

A la vista del "puente" de mayo

A partir de mil novecientos cincuenta y siete y durante algunos años, el puente más famoso fue "El puente sobre del río Kwai", por la popularidad de la así titulada película anglo-estadounidense, premiadísima y proyectada en casi todo el mundo, realizada sobre una novela de Pierre Boulle, en la que se cuenta la gesta y mortalidad de soldados europeos levantándolo en Tailandia, bajo las armas del ejército japonés. Y tenemos la impresión de que tal vez desde entonces y por contrasentido, se le aplica el nombre de "puente" al tiempo que pasa cuando varios días transcurren entre fiestas. "Puentes" que en España disfrutamos en distintas épocas de cada año. Y ahora se nos acerca el "puente" que transcurrirá entre los días uno y cuatro de mayo. Sí, las gloriosas efemérides históricas nacionales, las advocaciones religiosas y los santos patrones y las santas patronas, facilitan los "puentes" vacacionales que salvan a los españoles durante unos días del timbrazo del despertador y del potro de tormento del trabajo. Constituyen un respiro, un asueto que cada uno aprovecha a su manera o como puede. La mayoría lo aprovecha para evadirse de lo cotidiano, de la rutina diaria. Aunque existen oficios y responsabilidades que no permiten tirarse tres o cuatro días a la bartola. Lo cual pone de relieve que todos no somos iguales en estos lares nuestros. Y los puentes laborales constituyen una incitación repentina al movimiento, que las agencias de viajes publicitan al máximo organizando excursiones, para llevar al gentío a los hoteles de la sierra o de la costa. Se ha creado, pues, todo un moderno fenómeno social en torno a los "puentes", que comercialmente, más que desde el ángulo cultural, se ha consolidado. Le he escuchado comentar a un sociólogo, que los tantos "puentes" y las vacaciones de verano le están sirviendo primordialmente a la humanidad, para prepararse ante la que será llamada civilización del ocio. Una futura civilización en la que la gente no tendrá casi nada que hacer para subsistir y por lo tanto podrá hacer muchísimas cosas. O sea, una compleja forma de vivir que habrá que resolver con mucha imaginación para no morirse de hastío. También se debate sobre los "puentes" especialmente por economistas y empresarios, por el hecho, dicen, de que los "puentes" perjudican a la producción. A lo peor es cierto y todavía queda muy lejos la anhelada civilización del ocio, incluso puede ser una utopía mayúscula. Ahora bien, al hilo de las dispares teorías sobre las características de los "puentes", ¿cual es la actitud que debe sostener el personal en paro, los que irremisiblemente viven un "puente" para ellos interminable, y con los bolsillos sin un euro para subir a un autobús y cambiar de horizonte? Y en Jerez de la Frontera, este "puente" de mayo coincide con la Feria del Caballo, por lo que se supone que serán pocos los jerezanos que salgan de "puente" carreteras adelante. Esas carreteras que a cada "puente" lo salda con decenas de muertos. Sí, como en la película arriba apuntada, cada "puente" se cobra vidas a mansalva.

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