Carlos Colón

El voto antitentación

La ciudad y los días

Votar al PSOE para impedir que Sánchez pacte con los independentistas: curiosa situación, singular liderazgo

10 de abril 2019 - 01:39

Que el CIS dé al PSOE opciones de gobernar sin apoyo de los independentistas es una forma de invitar a votarle sin miedo a que Sánchez lo haga. Los votantes no sanchistas del PSOE saben que pactaría con ellos, tanto en la versión catalana como en la vasca pos etarra, y eso puede inhibir su voto. Ahora se les sugiere que, por el contrario, deben votar al PSOE para impedir que Sánchez pacte con ellos. Como si ese voto fuera el armario con llave en el que se esconden las botellas para que el borrachín no las encuentre. Una pérdida de votos le haría, de seguro, caer en la tentación. Porque la encuesta también dice que el PSOE ganaría en todas las comunidades autónomas menos en Cataluña, donde lo haría ERC doblando su número de escaños, y en el País Vasco, donde lo harían el PNV y EH Bildu. Luego una forma de frenar al independentismo sería votar al PSOE para quitar de en medio la tentación ante la que Sánchez, de seguro, no tendría la firmeza de un San Antonio.

Curiosa situación. Singular liderazgo. No creo que nunca se haya votado a un partido para evitar que su líder haga lo que su carácter y un resultado mediocre le llevarían a hacer. El CIS sumado a otras encuestas presenta como futuro un Gobierno PSOE-Unidas Podemos o PSOE-Ciudadanos. La primera es mala incluso para muchos votantes del PSOE. La segunda es la menos mala. Buena no hay ninguna en estas elecciones en las que muchos esperamos muy poco de Sánchez, Casado y Rivera, y nada bueno de Iglesias y Abascal. No se olvide que el partido ganador de la encuesta es el de los indecisos, que alcanza un 38%. Esto nos va a enlodar en una conquista del voto calle a calle, casa a casa, votante a votante. Como los rusos conquistaron Berlín. Lo que supone exageración, mentira, mete miedo y manipulación. Ayer Adriana Lastra llamaba a "la máxima movilización de nuestro electorado" porque "cada voto es decisivo: la ultraderecha está a la puertas del Congreso".

Afortunadamente llega la Semana Santa y durante siete días este duelo en el barro pasará a ser cosa secundaria para muchos de nosotros. No porque nos evadamos, sino por lo contrario: porque nos concentraremos en lo más importante, en las tres heridas de Miguel Hernández -la de la vida, la del amor, la de la muerte- a las que se une la de la memoria. Ya tendremos tiempo desde el lunes de Pascua para pensar qué mal menor votamos.

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