¡Oh, Fabio!

Luis Sánchez-Moliní

lmolini@grupojoly.com

¿Cuál es el voto útil de la derecha?

El gran problema del PP será si en estas elecciones su electorado natural determina que el voto útil está en Cs

Durante décadas, en los entornos del PP siempre había una mente de privilegio que, con cara de hombre que está en el ajo, apelaba al voto útil para frenar "a los socialistas", que eran la versión constitucional de las antiguas "hordas rojas". La aún formación hegemónica del centroderecha acudía a sus caladeros más fieles (un amplio y a veces encantador popurrí que aglutinaba desde señoras que juegan al backgammon las tardes de tedio hasta brillantes poetas chestertonianos a los que la Junta nunca les dará un premio) para dejar claro que todo sufragio que no fuese para alimentar al charrán (ahora diríamos para abonar la encina) era como "tirarlo a la basura". El miedo era el principal aliado de los populares: miedo a las subidas de impuestos, al acoso a la educación católica y a los colegios concertados, a las políticas culturales sectarias, al intervencionismo en las conciencias, a las ingenierías sociales… Algunas de estas advertencias estaban justificadas; otras eran meras caretas para meter susto en los clubes de campo y las comidas familiares de los domingos.

Sin embargo, si hacemos caso a la encuesta publicada por el Grupo Joly, este polvoriento argumento del PP podría volverse en su contra, como un boomerang que amenaza con dejarlo seco. Nuestro barómetro apunta a Ciudadanos como el segundo partido en votos en Andalucía, ergo lo pragmático para el centroderecha sería el voto naranja. Pero nada es fácil. Existen otras encuestas que indican que el PP volverá a tener el dudoso honor de ganar la medalla de plata. ¿Cuál es entonces el voto útil de la derecha? He aquí el gran dilema al que se enfrentará el respetable en estas andaluzas.

Siempre han existido hidalgos que han preferido el "ciento volando", pero lo normal es que el votante -también el de izquierda- funcione con el algoritmo de la utilidad. El gran problema del PP no es Vox. La formación liberal-conservadora ya ha pasado otros sarampiones (como el de Ruiz Mateos o el de Gil) que le restaron unos sufragios que volvieron con el tiempo, aunque es cierto que el partido de Abascal es un proyecto mucho más consistente y atractivo para el ala más derechista. La tragedia para los populares será si en estos comicios sureños su electorado natural estima que el voto útil debe ir para la formación de Rivera. Entonces, Ciudadanos sumaría en su vitrina de trofeos la hegemonía del centroderecha en Cataluña y Andalucía, las dos regiones desde las que se domina el mapa electoral español. Y de ahí a la gloria (si la suerte acompaña).

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