Acoso escolar, un problema que no se puede obviar

El acoso escolar no es "una cosa de niños" que debe ser solucionada entre ellos, sino un serio problema social

Un informe realizado por una profesora de Psicología de la Universidad de Córdoba para el Centro de Estudios Andaluces deja un dato que, cuanto menos, debe hacernos reflexionar muy seriamente: uno de cada tres alumnos de Primaria sufre acoso escolar. Ante esta escalofriante cifra podemos tomar dos caminos: o mostrar incredulidad y refugiarnos en el manido y falso argumento de que en los colegios siempre han existido mofas y agresiones a algunos alumnos, sin que ello supusiese mayor obstáculo en el desarrollo personal de los acosados; o comprender de una vez por todas que sufrir bullying a ciertas edades supone un importante lastre en el crecimiento intelectual y emocional de los niños, como dramáticamente hemos comprobado en los últimos tiempos. El acoso escolar no es una "cosa de niños" que debe ser solucionada entre ellos sin la intervención de los adultos, sino un problema social en el que todos tenemos una responsabilidad, desde los profesores, los políticos, los psicólogos y los padres hasta, en los casos de mayor gravedad, los cuerpos policiales y la Justicia.

Como advierten los especialistas en acoso escolar, no existen soluciones a corto plazo. Por lo pronto, es importante que la batalla se libre en dos espacios fundamentales: la escuela y la familia. Respecto al primero, se deben ampliar los programas de formación de un profesorado que no siempre sabe detectar y actuar sobre el acoso escolar. Sin embargo, por su naturaleza privada e íntima, concienciar a las familias del problema es una operación más complicada, sobre todo porque la humana tendencia de los padres de los supuestos acosadores es la negación de los hechos o de su gravedad. En este sentido, sería importante trabajar con los progenitores para hacerles ver que el acoso es un comportamiento que puede y debe ser corregido, para lo cual nunca es bueno la técnica del avestruz.

El informe deja un dato positivo. En los institutos -donde más se ha actuado-, el bullying ha descendido un 20%, aunque aumenta el número de agresores. El problema a estas edades está muy relacionado con el mal uso de las nuevas tecnologías y de las redes sociales, por lo que las actuaciones deben centrarse en el mundo digital y sus potenciales peligros. Un 15% de los adolescentes manifiestan haber sufrido alguna vez dating violence -violencia física en las relaciones sentimentales- lo que es un número alarmante, ya que puede ser el semillero de futuros comportamientos relacionados con la violencia de género. Como se ve, el acoso escolar es un problema que no se puede obviar y su control es una obligación no sólo para las autoridades escolares, sino para toda la sociedad.

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