Andalucía, un ejemplo de gobernabilidad

Cs no está dando juego ni a la derecha ni a la izquierda, por lo que se está convirtiendo en un problema para la gobernabilidad

Pocas veces Andalucía se suele poner de ejemplo en asuntos políticos o económicos. Sin embargo, a la vista de lo que está ocurriendo en el Gobierno central y en algunas comunidades autónomas, nuestra región destaca positivamente por cómo ha sabido gestionar un nuevo panorama político altamente fragmentado. En Andalucía, como en muchas autonomías, la ausencia de una mayoría absoluta y la división del arco parlamentario en cinco partidos diferentes podría habernos llevado a una situación de bloqueo parecida a la que se está viviendo en Murcia, Madrid o en el mismo Congreso de los Diputados. Sin embargo, desde el principio las cosas estuvieron claras. Los tres partidos del espectro de la derecha y el centroderecha comprendieron que existía una oportunidad histórica para propiciar la alternancia en la Junta tras casi cuarenta años de gobiernos socialistas, y pactaron e invistieron al popular Juanma Moreno como presidente de la comunidad, quien hasta el momento ha mostrado un perfil centrado y moderado. Pese a algunas desavenencias, incluso ya se han aprobado los Presupuestos de 2019 y se han dejado encarrilados los de 2020, por lo que todo indica que el Ejecutivo no tendrá demasiados problemas (siempre que la situación no cambie sustancialmente) para agotar la legislatura. Hoy por hoy, la gobernabilidad de Andalucía está plenamente garantizada y los ciudadanos se pueden dedicar a sus quehaceres sin que la situación política en la región sea una fuente de problemas y preocupaciones.

Sin embargo, el caso andaluz no ha sido exportable a otros territorios e instituciones, algo que se debe principalmente a la actitud incomprensible de Cs respecto a Vox. En los últimos tiempos, el partido naranja no sabe a qué carta jugar, y lo mismo propone un cordón sanitario al PSOE de Pedro Sánchez que se dedica a ningunear a Vox mientras negocia con ellos vergonzantemente. Al final, Rivera no está dando juego ni a la derecha ni a la izquierda, por lo que se ha convertido en un auténtico problema para la gobernabilidad allí donde sus votos pueden ser decisivos para la misma. La formación naranja debería fijarse en el papel que ha jugado en la comunidad autónoma andaluza, en la que ha conseguido formar un Ejecutivo estable sin renunciar a ningún principio ideológico, aunque para eso se haya tenido que entender con un partido como Vox, con el que evidentemente no tiene buena sintonía.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios