Andalucía pierde convergencia con España

La desaceleración de la economía andaluza hará que perdamos convergencia con el resto de España, según el OEA

Desde el inicio de la Democracia, uno de los principales indicadores para saber la buena o mala marcha de la autonomía andaluza ha sido el de ver sus niveles de convergencia económica con el conjunto del país. No en vano, Andalucía había iniciado la Transición siendo una región con niveles socioeconómicos y culturales cercanos al subdesarrollo, situación que no era similar en otras regiones de España, como Cataluña o el País Vasco.

En números absolutos, habría que ser muy ciego para no ver el inmenso salto que ha dado nuestro comunidad andaluza en estos últimos cuarenta años, avance que se debe a muchos factores internos, como el autogobierno y la democratización de la sociedad, pero también a otros externos como la llegada, una vez que España ingresó en la Comunidad Económica Europea (luego Unión Europea), de los fondos de cohesión, que supusieron una auténtica lluvia de millones que pudieron ser invertidos en la construcción de grandes infraestructuras o para solventar otras muchas carencias de nuestra región. Aún así, pese a este avance en términos absolutos, Andalucía no ha conseguido converger económicamente con las regiones más ricas de España y, por supuesto, tampoco de Europa. Según los diferentes momentos económicos, se han producido avances en dicho objetivo de convergencia, pero también retrocesos. Es lo que está pasando ahora. Según el Observatorio Económico de Andalucía (OEA) está previsto que la desaceleración que sufre la economía andaluza desde mediados del 2019 "se intensifique" este año de 2020, en el que pronostica que crecerá el 1,6 %, cinco décimas menos que el 2,1% con el que cerró el pasado ejercicio. Este crecimiento será igual que el previsto por el OEA para la economía de España, por lo que Andalucía no ganará este año convergencia con la media española, como sí ocurrió en 2019, ejercicio en el que el PIB andaluz aumentó una décima más que el español.

Como señalábamos hace unos días, las previsiones para la economía mundial son moderadamente optimistas. Pese a que durante un tiempo se difundió la idea de que el mundo se acercaba a una nueva y devastadora crisis, todos los indicadores anuncian más bien una suave desaceleración que no tiene por qué desembocar en una recesión. Pero estos datos, por lo que se ha explicado, tampoco facilitan la ansiada convergencia andaluza con el resto del país. Es ahora cuando se comprende lo necesario que es aprovechar los momentos de mayor bonanza económica con el fin de reducir, si no eliminar, la gran brecha que nos separa del norte.

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