Emergencia económica

Durante el primer semestre de este nefasto 2020 el coronavirus ha volatilizado la cuarta parte de la riqueza nacional de un año normal

Ya es oficial: el coronavirus le ha asestado a la economía española el golpe más duro desde la Guerra Civil, que terminó hace 81 años. En el segundo trimestre del año, el Producto Interior Bruto se desplomó un 18,5% con respecto al periodo comprendido entre enero y marzo, al que la pandemia sólo tocó de refilón durante dos semanas y que se apuntó una bajada del 5,2%. Esto supone que durante el primer semestre de este nefasto 2020 se ha volatilizado casi la cuarta parte del PIB español de un año normal y que se ha dejado de producir por valor de unos 300.000 millones de euros. La situación es de una gravedad extrema, pero todavía adquiere caracteres más dramáticos si abrimos el foco y nos comparamos con las economías de nuestro entorno. En el mismo trimestre en que España se anotó esa bajada histórica de su PIB, el de Alemania lo hizo en un 10,1%, Estados Unidos un 9,5%, Francia un 13,8% e Italia un 12,4%. Un panorama desolador en todos los sitios, pero que coloca a nuestra economía como la más castigada de todo el occidente desarrollado. La hibernación de la economía por el confinamiento, que en nuestro país ha sido más prolongado que en otros de nuestro entorno, y el peso decisivo del turismo, un sector que sólo funciona como consecuencia de la movilidad de las personas, explicarían en parte este desfase. Pero la causa real de que hoy seamos los más perjudicados por la crisis más grave que vive el mundo desarrollado desde el final de la Segunda Guerra Mundial hay que buscarla en las debilidades estructurales del país y en una gestión gubernamental tardía e improvisada en las primeras semanas de la pandemia que en vez de mitigar los efectos del virus los maximizó. España vuelve a entrar en recesión por segunda vez en este siglo y sólo nos queda confiar en que en circunstancias tan duras y adversas como las registradas en el segundo trimestre de este año no vuelvan a repetirse. Pero la pandemia no está ni de lejos controlada y la recuperación se adivina mucho más lenta de lo que en un principio se podía suponer. España está en emergencia económica y la primera obligación del Gobierno es afrontarla con realismo y efectividad.

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