España, Francia y ERC

Complicado alcanzar por parte de los independentistas un mayor grado de esperpento y de comportamiento ridículo durante la cita de esta cumbre

Será difícil superar una jornada tan grotesta como la que protagonizaron los independentistas de ERC en la reciente cumbre entre Francia y España, organizada por Pedro Sánchez en Barcelona con la intención de visualizar una supuesta normalidad en Cataluña, tras dar por enterrado el denominado procés. El presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, acudió como anfitrión a recibir a los dos líderes. Y tras estrecharles la mano, en el caso del mandatario francés Macrón con ademanes forzados, abandonó por detrás la comitiva para evitarle a sus oídos la ceremonia de los himnos nacionales. En la calle, el presidente del partido republicano catalán -socio estelar del Ejecutivo de coalición- se manifestaba con Junts, la CUT y otras asociaciones del mismo corte político en contra de la celebración del citado encuentro hispano-francés. Oriol Junqueras incluso se vio forzado a marcharse de la protesta ante los abucheos de sus antiguos compañeros de andanzas ilegales en 2017. Complicado alcanzar un grado mayor de esperpento y de comportamiento ridículo por estos representantes del soberanismo. Si pretendían avivar su nostalgia, la mínima capacidad de convocatoria demostrada y la división exhibida les habrá devuelto a una triste realidad: ya ni siquiera son capaces de aportar ruido. Pero también Sánchez debiera extraer conclusiones. Aunque es de sobre conocida su extraviada hoja de ruta en este asunto y sus intereses electorales. La voracidad de los independentistas no se calmará con concesión alguna. Tampoco debe esperar la más mínima lealtad. Si pretendía contentarlos con la relevancia de Barcelona en esa futura tubería de hidrógeno verde con Marsella; o la elección de la ciudad condal para realzar su papel en un alianza europea en un momento crucial, ya conoce de primera mano las cuitas de Estado que en realidad preocupan a Junqueras y compañía. ERC fue un pésimo testigo del enlace España-Francia.

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