Feijóo, Moreno y la moderación del PP

Además de Galicia está el ejemplo de Andalucía: las posiciones templadas de Juanma Moreno calan cada vez más en un electorado que rechaza la crispación

Pablo Casado clausuró la convención que el PP organizó en enero de 2019, en la búsqueda de un "rearme ideológico" del partido, con un discurso en el que llamó a los votantes de Vox a regresar "a casa". En aquel cónclave, José María Aznar recuperó un papel protagonista. Desde entonces, la impresión de un cada vez más numeroso grupo de dirigentes regionales y provinciales de la formación es que, para alcanzar ese propósito, el presidente nacional se ha escorado hacia posiciones distantes del espacio de centroderecha donde siempre logran sus mejores resultados en las urnas. Las recientes elecciones en Galicia y País Vasco han mostrado una vez más esas dos almas que conviven en el PP. Aunque el secretario general popular, Teodoro García Egea, se apresurara la noche del domingo a defender el triunfo del "modelo Casado-Feijoó", para hacer partícipe a su líder de esa mayoría absoluta, la realidad es bien distinta. El reelegido presidente gallego ha consolidado su imagen como un dirigente moderado, capaz de captar votos en un amplio caladero ideológico, de ahí que rechazara integrar en sus listas a Ciudadanos. Además de remarcar sus distancias con la ultraderecha. Incluso en la campaña electoral minimizó la presencia de las siglas del propio PP. Mientras, la apuesta personal de Casado por Carlos Iturgaiz y por presentarse en coalición con los naranjas ha cosechado un notable fracaso. El líder popular ha escuchado ya esta semana en el Comité Ejecutivo Nacional esas voces que exigen un partido más centrado. Además del ejemplo de Galicia está el de Andalucía. Las posiciones templadas del presidente Juanma Moreno calan cada vez con más fuerza en el electorado, como en privado admiten incluso cargos del PSOE en la oposición. Ambos muestran claramente un camino natural hacia el que se debe virar. Casado, oficialmente, refuta las críticas sobre su alineamiento. Pero, por ejemplo, la relevancia de figuras nombradas por él como la portavoz en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, no se compadece con el deseable propósito de un PP centrado y constructivo, alejado de la crispación y la bronca política tan innecesarias para la España de hoy.

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