Fin de un juicio que ha sacudido a Andalucía

En la historia de Andalucía habrá un antes y un después de un juicio que ha vuelto a dañar la imagen de nuestra autonomía

El juicio principal de los ERE, la llamada pieza política, llega a su fin tras un intenso año con más de 150 sesiones por las que han pasado un centenar de testigos y nueve peritos. Así, queda visto para sentencia un proceso al que hay que sumarle siete años de complicada instrucción y de continuada bronca política (incluidas las luchas internas en la judicatura) que han dañado gravemente la imagen de Andalucía como autonomía parasitaria y malversadora de fondos públicos, y que ha supuesto también un juicio mediático paralelo sobre los cuarenta años de poder socialista en nuestra región. No en vano, junto a otros muchos altos cargos autonómicos, en el banquillo se han sentado dos ex presidentes de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves y José Antonio Griñán, y seis ex consejeros: José Antonio Viera, Antonio Fernández, Francisco Vallejo, Gaspar Zarrías, Carmen Martínez-Aguayo y Magdalena Álvarez.

Lo que se juzga no es baladí: la supuesta creación de un procedimiento específico para sortear los controles de la Intervención General de la Junta en la concesión de ayudas laborales a empresas en crisis entre los años 2001 y 2010. En total, los fiscales estiman que se destinaron de forma arbitraria 680 millones en ayudas a empresas en crisis, algunos de los cuales sirvieron para enriquecer ilícitamente a ciertas personas y empresas. Políticamente, se ha acusado a la Junta de usar estos fondos para alimentar un gran sistema clientelar destinado a la perpetuación del PSOE andaluz en el poder.

La sentencia tardará meses en salir (los más optimistas hablan de seis). Sería deseable que se demorase lo mínimo posible para poner fin a un asunto que, a veces, ha sido manipulado con fines extrajudiciales. Las responsabilidades políticas han sido completamente pagadas y ninguno de los sentados en el banquillo tiene hoy ningún tipo de responsabilidad en la Junta de Andalucía. Ahora le toca hablar a los jueces y decidir cuáles son las responsabilidades penales. Independientemente de las que sean, sólo nos queda acatar la decisión de unos tribunales legítimos y competentes.

Para la historia andaluza, habrá un antes y un después de este juicio que, sin ser ni mucho menos la única causa -y ni siquiera la más importante-, ha sido decisivo en el descalabro electoral del PSOE y en el más que posible cambio de ciclo político que se va a consumar en las próximas semanas. El llamado caso ERE tendrá, sin duda, un lugar en los libros de texto del futuro.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios