Malestar en los sanitarios por la gestión del virus

Médicos y enfermeros están expresando cada vez más su profundo malestar por la falta de protección en la lucha contra el virus

Cuando pase la crisis sanitaria del coronavirus habrá que hacer un examen riguroso y sosegado de la gestión de la misma del Gobierno central. Sin embargo, ya se pueden sacar algunas conclusiones de urgencia ante la evidencia de los hechos y sus consecuencias. Una de ellas, y quizás la más importante, es el estrepitoso fracaso en la protección de los sanitarios, los que precisamente estaban y están en la primera línea de la lucha contra el coronavirus. Los ciudadanos hemos asistido día a día a una retórica oficial de exaltación de la labor de médicos y enfermeros, mientras que en la práctica se les mandaba a sus puestos de trabajo sin la protección suficiente. Las cifras son muy clarificadoras. Según los datos facilitados por el Ministerio de Sanidad, ya se han contagiado en España más de 31.000 profesionales sanitarios, lo que representa el 16% del total de los enfermados en todo el territorio nacional. España tiene casi tres veces más sanitarios afectados por el virus que Italia. Estos números nos colocan a la cabeza de la triste lista de países que no han sabido proteger convenientemente a sus sanitarios.

Estamos ante un gravísimo fallo en la gestión del Gobierno central, que es al que el decreto ley del estado de alarma ha dado toda la capacidad de decisión y acción en la lucha contra el coronavirus. Esto no ha pasado por alto para la profesión sanitaria, cuyas organizaciones colegiales y sindicales han estallado en los últimos días. Asimismo, los medios de comunicación y las redes sociales se han llenado de protestas contundentes por parte de médicos y enfermeros a título individual. Una auténtica marea de artículos, declaraciones, vídeos, tuits, etcétera, están expresando como nunca la indignación de una profesión que ha tenido que aguantar, por ejemplo, que se les suministrase mascarillas defectuosas. Si hacemos caso a lo manifestado por colegios y sindicatos, el Gobierno debería irse ya preparando para una auténtica cascada de denuncias y querellas en los tribunales de justicia. La pospandemia va a ser difícil y conflictiva.

Lo exigido por los sanitarios era simple y de una lógica aplastante: equipos de protección y test para saber si estaban infectados. Como bien dicen muchos de ellos, no necesitaban tantos aplausos y homenajes como sí mayor competencia por parte de las autoridades. Han tenido que ver cómo más de 40 de sus compañeros fallecían por los efectos del virus y han vivido y viven con el miedo continuo de infectarse ellos o a los miembros de su familia. La sociedad y el Gobierno les deben mucho más que unas palmas a las ocho de la tarde.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios