Nuevo varapalo de Estados Unidos al 'procés'

Es hora de que los soberanistas catalanes se den cuenta de que no tienen ningún apoyo internacional

Si la Administración del presidente Obama dejó muy clara su completa oposición al proceso soberanista iniciado por la Generalitat, el nuevo Ejecutivo de Donald Trump no ha tardado en reafirmarse en esta postura. Es evidente que la oposición de la Secretaría de Estado norteamericana a cualquier proceso independentista en la Europa actual -incluyendo, claro está, el caso de Cataluña- no es una cuestión que cambie con los vaivenes políticos. Es decir, que se puede considerar como toda una política de Estado. EEUU es muy consciente del daño que el nacionalismo ha causado en Europa y, lógicamente, no parece estar dispuesto a estimularlo. Lo último que desea el todavía gendarme mundial son nuevos focos de inestabilidad en un Viejo Continente acechado continuamente por Rusia, a un tiro de piedra de países con una fuerte presencia del Estado Islámico (Siria, Libia, etc.) y en unos momentos en los que necesita centrar toda su atención en el medio y extremo oriente.

Para que a nadie le quepa la menor duda sobre este asunto, la embajada de EEUU en Madrid emitió ayer un comunicado en el que se afirma que Cataluña es "un asunto interno" español y que su país está "profundamente comprometido a mantener la relación con una España fuerte y unida". El texto se produce algunos días después de que el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, protagonizase un sonrojante viaje a EEUU para hablar sobre el proceso secesionista catalán y de la cómica visita de dos congresistas estadounidenses -uno demócrata y otro republicano- a España, con alguna cancelación de entrevista porque ambos "trasnocharon" más de lo debido. Un episodio chusco impropio de dos representantes de una gran democracia como la norteamericana. El comunicado, para que no quepa ninguna duda, califica a España como "un aliado vital, socio y amigo, desde el fomento del crecimiento económico mutuo hasta la lucha contra el Daesh y la prevención del extremismo violento".

Es hora ya de que los impulsores del procés se den cuenta de que no tienen ningún apoyo internacional serio, y de que todas las energías y el mucho dinero que se están gastando en incumplir la ley y en generar falsas expectativas a los sectores más radicales se deberían emplear en solucionar los muchos y graves problemas que sufre Cataluña, empezando por el de la corrupción de los nacionalistas que se han envuelto en la bandera de la independencia.

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