El PP afronta sus momentos más difíciles

Los populares llegan a su Convención de Sevilla con una crisis interna sin precedentes por el caso Cifuentes y el nuevo giro del 'procés'

El PP celebra este fin de semana su Convención Nacional en Sevilla en medio de la que quizás es la crisis interna más importante de su historia. Aunque fue concebida como un ejercicio de cohesión en la que los populares iban a intentar relanzar su imagen para recuperar en lo posible las posiciones perdidas en los últimos tiempos, dicha convención se celebra, sin embargo, en un estado de depresión general tras el escándalo del presuntamente falso máster de la presidenta de Madrid, Cristina Cifuentes -hasta ahora una de las esperanzas del PP para su regeneración interna-, y el duro varapalo que ha recibido el Estado español con la decisión de la Justicia alemana de no extraditar al ex presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, para que sea juzgado en nuestro país por un delito de rebelión. Estas dos noticias, sumamente contrarias al PP y al Ejecutivo de Mariano Rajoy, se unen al ya conocido rosario de contratiempos que están sufriendo el todavía partido hegemónico del centro-derecha español: caída en picado en las encuestas de intención de voto, rosario de causas abiertas por corrupción, progresivo envejecimiento de su base electoral, etcétera. Más que una gran convención eufórica, la reunión de Sevilla será, probablemente, un gran diván en el que los populares intentarán cerrar una herida que no para de sangrar. Difícil lo tienen.

La actual crisis del PP es sumamente perjudicial para el sistema español, más en estos momentos en los que el país vive un conflicto político de primera magnitud en Cataluña. Se quiera o no, el PP es uno de los pilares de la arquitectura política que está vigente desde casi los inicios de la democracia. Cierto es que algunas encuestas y analistas aseguran que esta condición de partido principal del centro-derecha le va a ser arrebatada en breve por Ciudadanos, una formación que no para de crecer desde su victoria en las autonómicas catalanas. Pero eso, hasta la fecha, no son más que meras hipótesis que aún no se han confirmado en unas elecciones generales. Si el PP cae en el abismo, como algunos temen que pase tras el escándalo Cifuentes, España sufrirá una convulsión nada desdeñable. Por tanto, es sumamente importante que la convención que celebra el PP estos días sea un éxito y permita a este partido iniciar de una vez por todas la senda de su regeneración. Sólo desde los más alicortos intereses políticos se puede desear lo contrario.

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