En general, el pacto entre el PSOE y Ciudadanos para sacar adelante la legislatura está arrojando resultados positivos al posibilitar la gobernabilidad de Andalucía y conseguir mejoras concretas para los ciudadanos, como la rebaja de algunos impuestos. Sin embargo, no siempre es así. Una buena prueba la tenemos en la utilización de este acuerdo para echar atrás, en la Diputación Permanente del Parlamento, la lógica y justa propuesta de IU y Podemos -apoyada por el PP- para realizar un Pleno extraordinario sobre la situación de la sanidad en nuestra comunidad autónoma. PSOE y Ciudadanos no han estado muy acertados al hurtar al Parlamento de Andalucía un debate más que necesario en unos momentos en los que una serie de movilizaciones masivas en las principales ciudades andaluzas nos indican el malestar que existe en el sector sanitario y en la ciudadanía. Ampararse en que el debate forma parte de una estrategia de la oposición para desgastar al Gobierno es negar la propia dinámica del parlamentarismo. En las democracias deliberativas las razones políticas van estrechamente unidas a los intereses de los partidos e intentar hacer una distinción tajante de ambos conceptos es un ejercicio fútil.

Todo indica que hay una gran preocupación en la sociedad andaluza por la situación de la sanidad, como revela el último Estudio General de Opinión Pública en Andalucía (Egopa), por lo que no nos parece ningún desatino -más bien lo contrario- que el Parlamento acoja un debate monográfico sobre la materia. De esta manera, el Gobierno podría explicar sus puntos de vista sobre la situación de una manera clara y organizada, sin el ruido de fondo que suele existir en los cruces de declaraciones en los medios de comunicación.

Ahora bien, dicho esto, también hay que destacar el gesto del consejero de Salud, el socialista Aquilino Alonso , quien, a petición propia y de todos los grupos de la Cámara, acudirá el próximo miércoles a la tribuna del Parlamento para dar sus explicaciones sobre la situación de un sector, el sanitario, que es básico para el Estado de bienestar. Aunque no será el debate monográfico que la oposición y la sociedad esperaban, sí será una buena oportunidad para que todos den su punto de vista sobre la materia y se empiecen a buscar soluciones. Para eso tenemos un Parlamento y para eso los andaluces acudimos a votar cada cuatro años.