Con los deberes hechos

Cuanto antes vean los andaluces que las cosas empiezan a cambiar, mejor se enfocará la legislatura que hoy se inicia

Partido Popular y Ciudadanos llegan hoy a la sesión constitutiva de la XI Legislatura del Parlamento de Andalucía -llamada desde su inicio a ser la legislatura del cambio- con los deberes hechos. Todo está ya atado: hay un acuerdo programático con 90 medidas que recogen lo sustancial del programa de las dos formaciones, incluido un amplio paquete de regeneración democrática; plena coincidencia en que Juanma Moreno sea el próximo presidente de la Junta y un representante de Ciudadanos, muy posiblemente Marta Bosquet, del Parlamento y la integración de Vox en esa mayoría de cambio a través de su presencia con voz y voto en la Mesa de la Cámara. En este último aspecto hay que resaltar que el partido de Juan Marín ha dado muestras de pragmatismo al abandonar la tentación de impulsar un cordón sanitario para aislar al nuevo partido de derechas, lo que hubiera dado más problemas que soluciones y habría demostrado que los naranjas no habían sabido leer el mandato de las urnas del pasado día 2. Tras el acuerdo alcanzado, que se plasmará en la sesión de esta mañana en el Hospital de las Cinco Llagas, es de esperar que a mediados de enero Juanma Moreno sea investido como el primer presidente no socialista de la historia de la autonomía andaluza y se nombre un Gobierno de coalición en el que los dos partidos protagonistas del acuerdo se repartan las carteras y empiecen a trabajar. Cuanto antes lo hagan y antes vean los andaluces que se ponen en marcha las medidas anunciadas, desde la bajada de impuestos a la mejora sustancial de las urgencias hospitalarias, mejor enfocarán una legislatura que por muchas razones no es exagerado calificar de histórica en los últimos 40 años en Andalucía. Es histórica porque por primera vez llega a la gobernación de la comunidad autónoma un bloque de centroderecha tras un larguísimo ciclo de cuatro décadas de predominio absoluto de un único partido y porque, también por primera vez, los andaluces han enviado al Partido Socialista a la oposición, un lugar desconocido para ellos. Se produce así la alternancia política en la única autonomía española que no había vivido ese proceso. A la formación que lidera Susana Díaz se le abre ahora un periodo en el que tendrá que reflexionar sobre las cosas mal hechas y sobre todo volver a armar una alternativa de izquierdas que en el futuro pueda volver a contar con el respaldo mayoritario de los andaluces. Pero lo que toca, a partir de hoy, es que PP y Ciudadanos se pongan manos a la tarea y demuestren que el cambio en Andalucía son hechos y no sólo palabras.

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