Las diferencias entre comunidades ya son excesivas

Andalucía es la comunidad española que tiene el menor gasto por habitante en sanidad, 1.486 euros anuales por persona según el último informe anual del Ministerio de Sanidad, que es el relativo al presupuesto consolidado de 2021. A pesar de ello, el esfuerzo de gasto que hace la comunidad es uno de los mayores, equivale al 7,9% de nuestro PIB, mientras que la media española se sitúa en el 6,7%. Esta diferencia es una muestra más de la infrafinanciación que padece la Junta, una de las más perjudicadas de España junto a Murcia y Valencia. En unos momentos en los que la Generalitat reclama todos los ingresos fiscales de Cataluña, y que el PSOE se dispone a conceder, las desigualdades entre las comunidades adquieren un mayor dramatismo. Si se compara el gasto en sanidad en Andalucía con el del País Vasco, un territorio con soberanía fiscal, se observa que la diferencia es de 29 puntos porcentuales, una cantidad que debería haber llevado a la vergüenza de éste y anteriores gobiernos. Mientras la sanidad vasca puede gastar 2.073 euros por habitante, la Junta sólo llega a esos 1.486. Estas diferencias internas son excesivas para un país cuya Constitución garantiza la igualdad en los servicios públicos de sus ciudadanos. A lo que Cataluña aspira es a constituirse en una nueva comunidad, fiscalmente, soberana, aunque pagará una cuota de solidaridad que en el caso de las forales es ridícula. Otra comunidad rica como Madrid, sí integrada en el sistema común, gasta un poco más que Andalucía, 1.536 euros, pero en términos de esfuerzo de PIB es el más bajo de España, escalón que se supera porque el gasto privado en sanidad en la comunidad central es también de los más altos.