Por un modelo turístico sostenible

El turismo del futuro debe ser respetuoso con el medio ambiente y el patrimonio histórico y antropológico

El Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC por sus siglas en inglés) ha conmenzado su XIX cumbre anual en Sevilla con el aliciente, entre otras cosas, de la asistencia del ex presidente de Estados Unidos Barack Obama, que hoy se verá con un Pedro Sánchez ya en plena campaña electoral. Durante estos días, Sevilla y Andalucía se convertirán en el epicentro de una de las industrias económicas más importantes del mundo, cuya contribución al desarrollo y al PIB español es incuestionable. En concreto, la ciudad hispalense acogerá a más de 1.650 congresistas entre los que figuran representantes de más de 140 grandes compañías del sector turístico mundial, en especial más de 110 presidentes o altos directivos, delegaciones gubernamentales de más de 40 países y personalidades como, además del ya citado Obama, el ex presidente de la República de México Felipe de Jesús Calderón. Esta cita, asimismo, se convertirá probablemente en una inmensa lonja donde se cerrarán negocios millonarios. En la anterior cita de la WTTC, que tuvo lugar en Buenos Aires, se acordaron inversiones por casi 2.000 millones de dólares en Argentina.

La cumbre del WTTC debe servir para promocionar nuestra tierra como un lugar privilegiado de turismo, con una oferta única de naturaleza, sol, patrimonio, antropología, deporte y gastronomía. De otra manera no se entenderían los esfuerzos realizados por las administraciones. Más allá de los discursos marcados por la turismofobia, este sector es fundamental para muchas comarcas andaluzas y no aprovechar la oportunidad de la cumbre del WTTC sería una irresponsabilidad imperdonable.

Sin embargo, el evento también debería servir para realizar una reflexión sobre el futuro de una actividad que también -ignorarlo sería de necios- está provocando, tanto en Andalucía como en el resto del mundo, importantes problemas ambientales y culturales. El turismo, como todas las industrias existentes, debe avanzar hacia un modelo que respete el medio ambiente, minimice los residuos y emita el menor CO2 posible. Es decir, debe aportar desarrollo y bienestar a las poblaciones, pero también colaborar con la descarbonización de la economía. Al mismo tiempo, tiene que respetar el patrimonio artístico, no desnaturalizar los espacios históricos y evitar la expulsión de las poblaciones de sus lugares tradicionales de residencia. En resumen, debe avanzar hacia un modelo sostenible.

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