Tribuna

Alberto Núñez Seoane

Ciento cuarenta mil millones

Esta inmensa cantidad de dinero es la que la Unión Europea va a dar a España. La mitad en créditos a bajo interés y largo plazo, la otra mitad a fondo perdido.

Con semejante fortuna, cualquier buen administrador sería capaz de hacer maravillas. En la terrible situación económica que se nos echa encima, entiendo, por maravillas, evitar el cierre de 60.000 pequeñas y medianas empresas, y autónomos, o lo que es lo mismo, la destrucción de unos dos millones de puestos de trabajo con la consecuente ruina para 2.000.000 de familias, la disminución del gasto y la inevitable disminución de la actividad económica, con ella, la caída en picado de los recursos para pensiones, Seguridad Social, desempleo, la disminución drástica de la recaudación fiscal de las distintas Administraciones y de los beneficios de las empresas que queden “vivas”: pequeñas, medianas o grandes.

Lo terrible es que no tenemos ese buen administrador. El drama es que los encargados de gestionar esos recursos que nos podrían salvar de la hecatombe, ni están preparados ni cuentan con los conocimientos, necesarios y suficientes, ni, lo más demoledor, tienen en mente dar lo mejor de ellos para poner toda la carne en el asador y evitar la tragedia que amenaza con arrasar la calidad de vida por la que hemos trabajado y luchado. Esta es la frustración que nos abate, la sombra que oscurece nuestro futuro.Para muestra, valga un botón: nuestro gobierno, el de España, decidió la semana pasada subvencionar con 1.700 millones de euros -mil setecientos millones de euros- a varios países del Caribe, Oriente próximo, del cono sur africano y del norte de este continente… ¿Cómo es posible? ¿Cómo es posible que con la “hucha” de las pensiones bajo mínimos, la Seguridad Social falta de personal y recursos, sin dinero para atender la Dependencia, el déficit del Estado disparado hasta niveles jamás vistos, la balanza de pagos claramente deficitaria y un largo etcétera de terribles carencias económicas?, ¿cómo es posible que se regalen 1.700 millones de euros…? ¡Imaginen la que nos espera!

Es un desespero angustioso y frustrante, una impotencia que deprime y agarrota; comprobar que se hace lo que no se debe ni se puede, porque no se tiene; que no se atienden avisos ni recomendaciones de técnicos, profesionales y expertos -de los de verdad, no de palmeros subvencionados-, que se hacen oídos sordos a las previsiones de acreditados organismos internacionales; que se ignoran las más básicas reglas de prudencia, sensatez y previsión ¿Qué hemos hecho los españoles para merecer esto?Parece que no tenemos una solución factible al alcance. No hay votos para convocar elecciones a corto plazo. A los partidos golpistas, los etarras, independentistas, comunistas y demás ralea les viene bien el desastre, les da “argumentos” para conseguir lo que quieren: romper España y repartirse las sobras. Los que quedan, sencillamente no dan la talla. Ni González ni Aznar, ni Rajoy -el cuelgamocos que falta no cuenta- hicieron lo que debieron cuando lo pudieron hacer; los intereses de partido, y los suyos propios, pesaron mucho más que los de España y los españoles. Perpetuar la Ley Electoral, que ellos no quisieron cambiar para “asegurarse” la alternancia reiterad en el poder, fue, y lo sigue siendo, una traición.Creo que es de urgencia vital adaptar lo que en su día fue válido y provechoso para que lo continúe siendo hoy. No es de recibo ni beneficioso ni sostenible que, por ejemplo, un partido como Bildu, con un número de votos inferior al de los habitantes que tiene Jerez, tenga la representación que tiene en el Congreso, con la influencia decisiva en los pactos, aunque estos sean “contra natura”, que determinan leyes y gobiernos. Si no cambiamos esto, estamos más que condenados. Es de imperiosa necesidad que la representación sea igualitaria y equitativa. Ya no hay por qué proteger a las minorías, que sí lo necesitaban en la Transición: cada ciudadano un voto.

La fragmentación intencionada de la voluntad popular prostituye la democracia. Nos venden la manipulación tendenciosa como “progreso liberal”. Toda una sarta de incongruencias que sólo amparan a los que no están dispuestos a perder la opción de seguir sentados en la poltrona, por los que no dejan de ser vulgares dictadorzuelos de poca monta, borrachos de prebendas y poder. Las funestas consecuencias las pagamos mucho más caras los de “abajo” que la “casta”. Ellos tienen su nómina asegurada, todos los meses, aunque las arcas del Estado estén vacías; ellos no van a dejar de cobrar dietas, jubilaciones e indemnizaciones, aunque no haya un duro para pagar la pensión de un humilde jubilado, o un quirófano para salvar la vida de un moribundo, o unos cientos de euros para que un anciano dependiente y solo pueda terminar sus días con dignidad.

Ahora, con ciento cuarenta mil millones de euros por llegar, con muchas miserias por atender y muchas necesidades vitales que cubrir, el gobierno que nos desgobierna hará de la esperanza un espejismo, encadenándonos a una tragedia evitable.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios