Tribuna

JUAN CARLOS RODRÍGUEZ IBARRA

Ex presidente de la Junta de Extremadura

Garzón:¡primer toque!

Lo de Garzón es el primer toque de campana para que comience la cuenta atrás de la ruptura de Podemos con el PSOE. Faltan dos toques antes de que cada uno se marche a su iglesia

Garzón:¡primer toque! Garzón:¡primer toque!

Garzón:¡primer toque! / rosell

Pasó la Navidad. Casi todo ha sido como casi siempre. Las variaciones y las excepciones se han debido a la pandemia que sigue activa y traicionera. Las luces alumbraron los barrios y las zonas de siempre. Los Reyes Magos llegaron con las mentiras de siempre. Tendrá que llegar el día en que la vida no se inicie aprendiendo a mentir. Ya sé que la cara de ilusión de los más pequeños explica el cuento de los magos de Oriente. La ilusión no debería alimentarse en la doble falsedad. Ni los Reyes Magos llegan desde ningún sitio ni es verdad eso de que "si eres bueno, te portas bien y eres obediente, los reyes te traerán todo lo que pidas".

Desde el principio habría que sacar a los niños de su error y añadir que solo se cumplirán sus deseos si, además, sus familias cuentan con los recursos económicos suficientes. Tarde o temprano, los niños descubren el doble engaño: los Reyes son los padres, y si esos padres no tienen dinero, ya pueden haber sido depositarios de todas las mejores virtudes que los niños de esas familias se quedan sin el último modelo del iPhone o sin la consola PS4 Salim de 500 GB. Conclusión: los niños aprenden pronto que se puede engañar y en la escuela descubren que compañeros suyos, zánganos, gamberros, malos estudiantes y vengativos han llegado al aula con sus reyes bien nutridos, caros y envidiables, mientras que otros, con conductas admirables, apenas han podido lucir una mochila de plástico y unas deportivas del outlet a precio de saldo. Enseguida deducen que no merece la pena ser bueno para tener lo que se desea; lo que hay que ser es rico. Los padres deberían decirle a sus hijos: "Si sois buenos y os portáis bien tendréis los regalos que pidáis porque tenemos dinero". Si se sigue mintiendo, se corre el riesgo de que los hijos de familias humildes piensen que la bondad no tiene premio y que más valdría circular por otros derroteros.

Entre tanto: hemos vuelto a escuchar una y mil veces el tópico de que en la cena de nochebuena estaba prohibido hablar de política. La razón es conocida: partidarios de opciones políticas o partidistas distintas comienzan con bromas, a continuación levantando la voz y, más tarde, arruinan la velada con discusiones subidas de tono y con insultos fuera de lugar. Así que la política está prohibida en cenas en las que se reúnen familiares por el riesgo de que aquello termine como el rosario de la aurora. ¡Y después nos escandalizamos por las broncas parlamentarias! Seguro que quienes más se escandalizan por los malos modales entre políticos son los que más broncos se manifiestan en esa noche de paz si alguien saca a relucir, por ejemplo, la subida de la luz.

Y no es raro que algunas actitudes de algunos políticos provoquen la discusión entre partidarios y detractores. Recientemente, la vicepresidenta segunda del Gobierno fue entrevistada en un periódico de tirada nacional. Por muchas que fueron las veces que los entrevistadores intentaron sacar un pronunciamiento positivo sobre las posibles intenciones de Yolanda Díaz de presentar su candidatura a la presidencia del Gobierno en las próximas elecciones, tantas veces la Vicepresidenta lo negó por activa y por pasiva. Pero ya al final, quien había negado esa posibilidad, se despachó con la siguiente frase: "Pero digo con honestidad que yo no he tomado esa decisión. Y cuando la tome, la voy a comunicar, si la tomo". Pues vaya contradicción. Toda la entrevista negando y al final dudando. "Y cuando la tome, la voy a comunicar", pues vaya novedad. Sería una aportación a la nueva política que alguien presentará su candidatura a la presidencia del Gobierno y no lo comunicara. Me recuerda a Gila que contaba que cuando llegó su madre a casa le dijo: "madre, he nacido". Por lo visto la madre no comunicó su embarazo.

Y, el último efecto de la pandemia ha venido de la mano de Alberto Garzón. Por lo visto ha hecho uñas declaraciones a un periódico inglés y se ha montado la marimorena. Y no entiendo por qué. Creo que no existía un solo español que no hubiera dicho en alguna ocasión: "Ah, pero ¿ese es ministro? Efectivamente, Alberto Garzón era nada en el Gobierno de España. Pero, nada de nada. Y si no era nada, la nada no dice nada. ¿A qué viene, entonces, ese escándalo por nada? La única explicación puede esconderse tras la comentada visita de la vicepresidenta segunda al "Santo Padre". Es posible que el Papa le aconsejara que hay que repicar tres veces para anunciar a los fieles el comienzo de la misa. Lo de Garzón es el primer toque de campana para que comience la cuenta atrás de la ruptura del acuerdo de Podemos con el PSOE. Faltan dos toques antes de que cada uno se marche a su iglesia.

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