Tribuna

manuel chaves gonzález

Ex presidente de la Junta de Andalucía

Iniciativas frente a la crisis

El epicentro de la enfermedad va a viajar a países africanos, asiáticos y latinoamericanos que carecen de recursos, incluida el agua para lavarse las manos, para afrontar la crisis

Iniciativas frente a la crisis Iniciativas frente a la crisis

Iniciativas frente a la crisis / rosell

Existe un pensamiento generalizado de que después de la crisis sanitaria nada será igual. Determinados acontecimientos históricos provocaron cambios tan profundos que afectaron al devenir de la humanidad. Baste recordar los efectos de las dos guerras mundiales del siglo XX, la caída del muro de Berlin, el desarrollo de las telecomunicaciones y la reciente crisis financiera. La crisis del Covid-19 también cambiará el escenario económico, político y las relaciones sociales. Cuando aún no nos hemos recuperado de la crisis financiera, el Covid-19 nos anuncia una gran recesión económica que agravará los efectos de la crisis financiera. Por eso, a medida que la ofensiva del virus se quiebra gradualmente, estados e instituciones dirigen la mirada a la salida de la crisis. Es cierto que no ha habido una respuesta global a la crisis, pero existe una amplia opinión de que la salida de la misma no debería ser igual a la de la crisis financiera. Esta crisis presenta a estados, instituciones regionales y globales la oportunidad de articular una respuesta coordinada e interdependiente a nivel mundial, europeo y nacional.

Una iniciativa global. Hay un hecho objetivo: la respuesta a la salida de la crisis deberá ser global o no habrá respuesta eficaz a la misma. El epicentro de la enfermedad va a viajar a países africanos, asiáticos y latinoamericanos que carecen de recursos, incluida el agua para lavarse las manos, para afrontar la crisis. Baste recordar que África, por ejemplo, tiene a 413 millones de pobres e incluye a 27 de los 28 países mas pobres del mundo. Por ello, las instituciones globales (ONU, G-20, Banco Mundial, FMI, UE) deberían liderar una respuesta a esta situación. En la carta dirigida al G-20, los líderes internacionales piden un liderazgo global para actuar de una manera concertada para la recuperación de todos los países. La carta pide convocar una conferencia de países donantes, la moratoria de la deuda y el aumento de fondos. Si no queremos dejar a nadie atrás, no podemos dejar abandonados a estos países. Es decir, un plan Marshall para los mismos.

Un plan para la recuperación europea. La Unión Europea no puede repetir el fracaso de la salida a la pasada crisis financiera. Al contrario, debe afrontar una nueva recesión económica. El Eurogrupo desbloqueo medió billón de euros para apoyar a estados, empresas y trabajadores. Pero la crisis va a provocar un fuerte endeudamiento de los estados. Si estos deben invertir lo necesario para afrontar la crisis, la UE debe respaldarlos con la liquidez necesaria: un aumento considerable de los presupuestos comunitarios (MFP 2021-2027) y un mecanismo para mutualizar la deuda de los estados. Un fondo de recuperación europea legitimara la razón de ser de la UE y la confianza de los europeos en sus instituciones.

Un acuerdo de reconstrucción nacional. La salida de la crisis en España va a depender, en gran medida, de la recuperación europea. Pero ello no nos exime de la responsabilidad de planificar nuestros recursos hacia una respuesta solidaria a la incertidumbre económica y social de los españoles ante su futuro. Se trata de garantizar la seguridad de todos a través de la unidad de gobiernos, partidos y agentes sociales con un acuerdo de reconstrucción nacional. Nos enfrentamos de nuevo al cierre de empresas, mas paro, desigualdad y pobreza y al riesgo de futuras pandemias. Razones suficientes para abordar un acuerdo nacional. Un acuerdo para una mayor inversión en el sistema sanitario público; para que los empresarios con dificultades puedan hacer viables sus empresas; para que los trabajadores con o sin empleo, con seguro de desempleo o sin él, hayan o no cotizado a la Seguridad Social, tengan asegurado un ingreso económico que les permita vivir con dignidad. Si la mayoría de los ciudadanos quieren ese acuerdo nacional, los partidos e instituciones deben responder con sentido de estado y subordinando sus intereses al interés general de los ciudadanos.

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