Refutación Refutación

Refutación

En esta sociedad de sabios multimedia, en la que desde la escuela ver un vídeo en internet ha sustituido al estudio y al conocimiento, estamos condenados a no poder asistir a un debate necesario: se está abriendo un conflicto profundo entre quienes aceptamos el criterio sanitario y quienes niegan, desde su origen, la pandemia y hasta sus remedios... Creo que conviene aclarar, porque Internet ha facilitado la impresión de que lo que digas puede ser relevante y tener apoyos... eso está cambiando la psique de la Humanidad, muchos se creen músicos, escritoras, periodistas o científicos: sabiendo apenas superficialmente.

La Verdad es un concepto que nada tiene que ver con la metodología científica, pero esto no puede ser aprovechado para generar una especie de relativismo según el cual toda opinión es igualmente respetable, porque la Ciencia es método y confrontación pública, esto es: todo lo que sea opinar sin exponer los fundamentos últimos de un parecer no es Ciencia, será sospecha, especulación, ficción... pero no conocimiento confiable.

Y cualquier ambigüedad de planteamientos en este asunto puede ser esperable en un gestor público, tiendo a comprender la complejidad que supone satisfacer a la ciudadanía, a las empresas de ocio, a las farmacéuticas, a los profesionales, a las autoridades internacionales... y entiendo las críticas consecuentes a esos errores y, por tanto, es natural el recelo ante sus decisiones e intenciones.

Pero, precisamente, por eso, estoy echando de menos respuestas claras por parte de la Comunidad Científica tanto a la Política como a los que fomentan la idea de una conspiración imposible (porque la no vacunación de los pobres del mundo nos estaría poniendo en los brazos de un conciliábulo cuya finalidad sería eliminar a los ricos para dejar el planeta a los pobres... ¡casi me apunto, coño!).

Y no hablo de soluciones, claro está, no existen ni las pueden tener salvo en el camino y en el ensayo y el error amparados por teorías aceptadas por esa propia Comunidad. Y tampoco me refiero a las publicaciones científicas que ya existen pero que sólo leen los especialistas; es preciso bajar al foso de la calle no para hacer Ciencia sino para divulgarla, y que la gente no se pierda entre argumentos fantasiosos, los "autorizados" (conocimiento contrastado) deben reaccionar con claridad frente a las opiniones sin base, porque si no se interviene se va perdiendo una partida que cada vez es más difícil de recuperar.

Se trata de una situación crucial: dos entramados teóricos contradictorios no pueden explicar lo mismo, aunque puedan existir zonas de coexistencia. O tienen razón los que niegan la realidad de la pandemia y sus tratamientos, o la Ciencia actual tiene argumentos suficientes para refutar lo que dicen, no cabe una tercera vía. Y cuidado: cuando la "nobleza" desprecia por soberbia a los otros, termina en el patíbulo.

Hay demasiada gente hablando, se debe desautorizar públicamente y con hechos a quien no tiene la Autoridad, sin menoscabo de la crítica a una gestión concreta y abiertos siempre a lo novedoso que puede ser aportado metódicamente.

Y hay que ser escépticos: el método a veces oculta fe. No olvidemos que la Ciencia se mueve por los mismos motivos que el porno, es humana y nada de lo humano le resulta ajeno. Quizá la pandemia nos está mostrando una Ciencia deshumanizada que trabaja indiferente a los problemas estructurales, verbigracia las patentes; no me refiero a su voluntad de curar y solucionar, sino a que no podemos evitar que al ver que no se participa activamente en estos debates sobre lo que, en el fondo, es sólo Justicia sobre los propios efectos de su actividad, ello hace despertar, con razón, sospechas sobre una "Ciencia oficial"...

Creo que ya es necesario un manifiesto, un argumentario público, común y con "Auctoritas", global incluso, que desacredite tanto a los demagogos de lo Público (que no se dejan asesorar claramente) como a quienes no son del campo de las Ciencias de la Salud o, siéndolo, no gozan de la confianza de cumplir con los métodos aceptados por la Comunidad Científica. La gente de la calle no sabe sobre los requisitos para ser aceptado en esa Comunidad, no sabe que un "paper" científico no puede ser motivo de opiniones o leído a medias para ser reinterpretado: que sólo puede aportar o ser refutado, que las opiniones en Ciencia son para conversar... pero no son aportaciones de conocimiento.

Todo intelectual debe a la Humanidad lo mismo que la Humanidad a él por sus descubrimientos, por eso el compromiso ético debe ser consustancial a la investigación, nada surge de la genialidad porque el conocimiento es una producción comunitaria siempre, si no: no lo es.

Algunos llevamos años denunciando cómo funcionan los totalitarismos; y negar la publicidad y el pensamiento crítico, no entendido como mera opinión sino expuesto y, por tanto, sometido a la refutabilidad: es una forma de reacción totalitaria. En Ciencia no se opina, se trabaja con método. Detrás de esto hay un peligro enorme. Si delegamos: preparémonos.

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