Tribuna

Juan rivera-Mata

Ph. D.

Trump, el problema del poder legítimo

Hay que discutir menos y actuar más. Mojarnos, comprometernos, involucrarnos. No esperar cuatro años más, ni en EEUU ni en España

Trump, el problema del poder legítimo Trump, el problema del poder legítimo

Trump, el problema del poder legítimo

Tuve mi clase de liderazgo en la Universidad de Georgetown el día antes de la toma de posesión de Trump. Estuve pensando varios días qué decir. Muchos lo consideran ilegítimo, pero elegido democráticamente, incluidas unas primarias competidas. La pregunta es cómo y cuándo oponerse a una autoridad legal si la vemos ilegítima. Es una pregunta de más "fácil" (y arriesgada) respuesta en pseudo-democracias como Cuba, Venezuela, Rusia o Nicaragua.

Volvamos al 10 de noviembre. Nos levantamos chocados Trump. Mi esposa americana, demócrata y politóloga dijo: "El pueblo ha hablado. En 240 años de democracia hemos tenido malos presidentes. Trump es un outsider, ambos partidos le controlarán; los padres fundadores diseñaron el sistema de controles para que no hubiese un rey". Esa misma mañana Hillary declaró: "Trump será nuestro presidente. Le debemos una mente abierta y una oportunidad de liderar".

Pero en mi clase en Georgetown conseguí otra vez pasar de ejercer mi autoridad como profesor a dominar el grupo e incluso casi humillar a una alumna y que el grupo me apoyase a mí y rechazase a su compañera; inaceptable. Discutimos si yo era el problema o si en realidad fue el grupo el responsable, que no se opusieron a una autoridad ilegítima. Liderazgo sin respuestas fáciles (R. Heifetz, Harvard KSG). Hay que decidir y actuar ante situaciones inciertas y conflictivas sin referencia previa. No hay manual de liderazgo, pero hay que hacer algo.

El discurso innaugural de Trump fue corto, negativo, sin el mínimo sentido presidencial que este había prometido. Suena a autoritario, nacionalista, populista. Objetivamente, en forma y fondo, es el peor de los discursos inaugurales preidenciales.

Por contra, recomendé a mis alumnos el discurso de despedida de Obama en Chicago, que repitió en su primer mensaje tras dejar la Presidencia. Obama no es santo de mi devoción, demasiado carisma y expectativas. Se encontró un EEUU destrozado económicamente y lo superó muy bien, que no es poco. Pero no supo gestionar su relación con un Congreso duro, no cumplió con las altas expectativas de afroamericanos y grandes sectores blancos se sintieron abandonados. En política exterior hubo mucho buenismo (ceder antes para facilitar negociaciones) en Cuba y Oriente Próximo sin resultados, Putin seguía avanzando. Pero es un gran orador y sus discursos dan grandes pistas de lo que significa la democracia hoy.

Su discurso de despedida me da algunas pistas. "Porque a pesar de todas diferencias, todos compartimos el mismo orgulloso título, el cargo más importante en democracia: ciudadano". "La democracia está amenazada cuando la damos por supuesta". "La democracia te necesita a ti. No solo en las elecciones, sino en toda tu vida". "Si hay algo que arreglar, átate los zapatos y empieza a organizar. Si estas enfadado por los resultados electorales, coge la carpeta, empieza a recoger firmas e intenta ser elegido tú mismo. Aparece. Lánzate. Involúcrate".

No hay respuestas simples para problemas complejos, aunque hay muchas personas que quieren respuestas fáciles ante problemas complejos y hay algunas otras -tal vez muchas con excesiva necesidad de poder- que están dispuestas a darlas. Tal vez ése sea el principal problema. Hay que discutir menos y actuar más. Mojarnos, compremeternos, involucrarnos. No esperar cuatro años más, ni en EEUU. ni en España; si no te gusta, haz algo para cambiarlo. Y es lo que la sociedad estadounidense, muy democrática, está haciendo; levantar la voz, manifestarse, organizarse. Sí, inicialmente, a la autoridad. Pero ejerciendo cada uno de nosotros como ciudadanos.

El poder no lo tiene la autoridad, lo tenemos nosotros, pero puede que nos atemorice usarlo. EEUU es una democracia porque tiene elecciones y porque sus ciudadanos ejercen su democracia. Si no luchamos, ejercemos y defendemos nuestra democracia cada día, nos quedamos sin ella. Tal vez en España debamos no sólo quejarmos de Trump, sino aprender del proceso para mejorar nuestra joven democracia.

Reagan, el día de su jura como presidente, se quedó dormido. Fueron a decirle que se tenía que levantar ya y él contestó, "¿de verdad me tengo que levantar hoy?". Todos nos tenemos que levantar para ejercitar nuestra ciudadanía, cada día; eso es democracia; si no lo hacemos, no la hay.

Ante los Trumps, más ciudadanía.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios