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En el complejo mundo de la educación la disponibilidad de recursos es asunto siempre discutible, a veces porque nunca parecen suficientes, a veces porque realmente las políticas de recortes presupuestarios los han mermado. En Andalucía, el gasto por alumno en centros públicos alcanzó un máximo de 5.427 euros en el curso 2008-9, y desde entonces no ha hecho sino descender, pues, aunque se ha recuperado en los últimos años, en 2017 (último dato disponible) estaba lejos de alcanzar la cifra referida anteriormente.
Naturalmente, la evolución del gasto educativo afecta al capítulo de instalaciones, materiales y, por supuesto, al de recursos humanos. Cuando en educación hablamos de recursos humanos lógicamente pensamos en el profesorado, pero hay otro personal que presta servicios imprescindibles para el funcionamiento de los centros escolares. Me refiero al personal de limpieza, portería, conserjería, mantenimiento y al administrativo, a los que en conjunto denominamos PAS. Se trata de un colectivo con una situación contractual muy variada. En los centros de Educación Infantil y Primaria, salvo los monitores escolares -que desempeñan diversas funciones-, la mayor parte de ellos dependen de los Ayuntamientos. En los Institutos de Educación Secundaria, sin embargo, lo más habitual es que la conserjería y limpieza dependan laboralmente de la Administración Educativa, que el mantenimiento diario de las instalaciones se contrate por el propio centro, mientras que el personal administrativo depende de la Administración General de la Junta de Andalucía.
Refiriéndome particularmente a este último grupo, hay que hacer notar que la gestión administrativa en los IES genera una significativa cantidad de trabajo. Además de los procesos de escolarización, la matriculación se renueva cada curso en Bachillerato y FP, se expiden certificaciones, se gestionan las prácticas externas, actas de evaluación… Según datos del Ministerio de Educación, mientras que el personal subalterno de los centros públicos aumentó en Andalucía en más de mil personas entre el curso 2008-9 y el 2018-19, en el caso del personal administrativo en el mismo período se redujo en 612. Esta reducción afectó particularmente a provincias como Almería, Cádiz y Córdoba que perdieron cada una unos cien puestos, los mismos que Sevilla y Málaga, que tienen mayor número de centros y alumnado.
Evidentemente, los datos anteriores han repercutido en la gestión administrativa de los IES ya que, a pesar de que en esos diez años ha aumentado el número de alumnos y de centros y, por tanto, el volumen de trabajo, los recursos han mermado considerablemente. Evidentemente, nada ha dejado de hacerse, el trabajo se ha ido trasladando a los miembros de los equipos directivos, que deben emplear cada vez más tiempo en tareas que reglamentariamente no les corresponden.
Pero en lo que hace al personal administrativo de los IES hay que destacar otro problema. Como se ha dicho, este personal no depende de la Administración Educativa, sino de la Administración General, de manera que la provisión de plazas se gestiona con fórmulas que desconocen la peculiaridad del funcionamiento de un centro educativo, produciéndose situaciones de vacantes o sustituciones que tardan en cubrirse aun sin tener en cuenta la intensidad del trabajo, como ocurre en períodos de escolarización y matriculación.
La combinación de la reducción de puestos y la tortuosa gestión de la provisión de plazas resulta fatal en el funcionamiento de muchos IES. No es raro que en temporada alta muchos centros no dispongan del personal necesario. El caso del IES Murillo de Sevilla puede ser hoy paradigmático de lo que con frecuencia ocurre en muchos Institutos de Andalucía. Este centro tiene unos 1.500 alumnos distribuidos en un amplio abanico de enseñanzas: ESO, Bachillerato de régimen general, Bachillerato de adultos presencial, ESO de adultos semipresencial, Bachillerato semipresencial, Formación Profesional de Grado Medio y Superior. Además, gestiona la matriculación y evaluación de centros asociados de adultos, las certificaciones de centros privados que imparten Bachillerato y Formación Profesional…Pues bien, hasta el 30 de septiembre de 2019 el centro contaba con tres personas en la administración, desde el 1 de septiembre de 2020 con una, y desde noviembre de ese mismo año…con ninguna.
No parece necesario extenderse con más comentarios, es evidente que en lo que respecta al personal administrativo de los IES tenemos un problema.
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