España

Puigdemont arremete contra Sánchez en presencia de su socio Aragonès

  • El dirigente catalán afirma en Cerdeña, donde lo visitó el presidente catalán, que el Gobierno de Pedro Sánchez sólo "quiere dialogar con quienes le dan apoyo parlamentario"

Carles Puigdemont afirmó ayer en Alguer (Cerdeña), donde fue detenido el jueves, que el Gobierno español sólo "quiere dialogar con quienes le dan apoyo parlamentario" y lamentó que haya "una parte independentista, no menor, que no está en los planes de Pedro Sánchez". "Hay una parte del independentismo que no está en esta mesa de diálogo porque no ha sido aceptada. Puede dar la sensación que el Gobierno solo quería dialogar con quienes le dan el apoyo parlamentario", afirmó Puigdemont en una comparecencia con los medios, después de haber sido detenido el jueves por una orden del Tribunal Supremo español, aunque fue puesto en libertad el viernes.

"Si Sánchez no tuviera líneas rojas permanentes, las cosas irían de forma diferente. Creo que todo el mundo ha visto que hay una parte independentista, no menor, que no está en los planes de Sánchez", añadió.

El ex 'president' catalán constata que volverá a la isla para declarar el próximo 4 de octubre

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, que viajó ayer a Cerdeña para mostrar su apoyo a Puigdemont, anunció recientemente la exclusión por ahora de la mesa de diálogo Estado-Generalitat a los nombres propuestos por JxCat por no formar parte del Govern, entre los que se encuentran Jordi Sànchez y Jordi Turull, dos presos del procés indultados en junio, además de la portavoz de JxCat, Míriam Nogueras.

Puigdemont opinó que su detención en Italia no era impensable "conociendo el recorrido de España en los últimos cuatro años", en los que ha intentado impedir "la libertad" con acciones contrarias a una "democracia europea", en la que "el derecho a la libertad de expresión, de autodeterminación y de disidencia política" son "profundamente respetadas".

El líder independentista fue arrestado en el aeropuerto de Alguer, por una orden del Tribunal Supremo español, aunque salió de la cárcel de Bancali en la ciudad de Sassari el viernes, cuando el Tribunal de Apelación decidió que no le iba a imponer medidas cautelares de ningún tipo ni restricciones de movimiento.

Ayer celebró una comparecencia ante los medios, un acto que contó, entre otros, con la presidenta del Parlamento de Cataluña, Laura Borràs, y el secretario general de Junts per Catalunya, Jordi Sánchez, del que el ex president dijo que ha estado cuatro años en la cárcel por motivos políticos.

Puigdemont afirmó que asistirá personalmente a la vista fijada en el Tribunal de Apelación de Sassari del 4 de octubre, en la que se determinará si existen razones o no para su entrega a España, después de que fuentes italianas cercanas al caso hayan explicado que si no estuviera físicamente presente en territorio italiano, el tribunal establecerá "no lugar a proceder" y terminará el procedimiento judicial. Aseguró que seguirá "viajando por Europa" a pesar de que "España considere" que debe "ser arrestado".

Puigdemont viajó de Bruselas a Alguer para participar en un evento de folclore catalán, al que asistió ayer para darse un baño de masas, al ser recibido con aplausos por grupos que coreaban su nombre o la palabra "president".

En esta localidad septentrional de Cerdeña, Puigdemont se reunió con Aragonès y el vicepresidente del Govern, Jordi Puigneró, quienes viajaron para mostrar su apoyo. "Estamos aquí para denunciar que la represión contra el movimiento independentista continúa, que es más necesaria que nunca una amnistía para que resuelva esta situación de represión. Hace falta respetar el derecho el pueblo catalán a decidir su futuro y y el respeto al ejercicio del derecho a autodeterminación con un referéndum de independencia", dijo Aragonès.

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