Las negociaciones por el CGPJ se han convertido en un espectáculo bochornoso con acusaciones de bloqueo.

Tienen razones para sentir temor a la discrepancia. En Vox el indispensable debate brilla por su ausencia.

Cada día que pasa se hace más evidente que la coalición del PSOE con Podemos no ha traído nada bueno.

Se percibe hartazgo ante las eternas reivindicaciones independentistas y desencanto por la pérdida del prestigio.

Sánchez se juega mucho en los próximos 12 meses, que serán duros porque su prestigio como gobernante deja que desear.

Queda la incógnita de si Macarena Olona se va a resignar a ser sólo abogada del Estado.

El PP es el partido que hoy observa media España, y Juanma Moreno y Núñez Feijóo son sus referentes indiscutibles.

El futuro de las instituciones, sea monarquía o república, está ligado a los sentimientos que provocan quienes las representan.

Le han dedicado toda clase de calificativos, pero Feijóo no se inmuta y sigue fiel al camino que se ha marcado.

En pocas ocasiones seguimos un acontecimiento con tanta ecomción como la hazaña que ha protagonizado Carlos Alcaraz.