Provincia de Cádiz

"Calatayud somos un poco todos"

  • El juez de Cádiz dice que hay mucha leyenda negra en los casos de abusos

Le entra la risa cuando se le pregunta si él ha puesto sentencias ejemplares como las que han hecho famoso al juez de Menores de Granada, Emilio Calatayud. "Calatayud somos un poco todos", dice sonriendo, para a renglón seguido dejar claro que el granadino es todo un referente y que la veteranía es todo un grado: no en vano Calatayud lleva veinte años, y él cinco de juez de Menores en Cádiz.

Pero sentencias ejemplares haberlas las ha habido en Cádiz. Como la que Enrique Rodríguez Manchón puso a un menor de El Puerto, un crack de la informática, que montó una asociación con otros jóvenes, con los que dio de alta una web ficticia de recarga de móviles, haciéndose con un listado de un millar de clientes, con sus números de tarjetas bancarias. Y estafó a numerosas personas. Al juez de Cádiz se le ocurrió que, dado que era retraído y no se relacionaba mucho, qué mejor que convertirlo en profesor. E intentó montar un Aula de Informática que al final no salió. Pero como también pintaba muy bien, lo condenó a dar clases de pintura a otros menores.

Muy orgulloso está de los avances conseguidos con otra joven, que frecuentaba ambientes de prostitución y drogas, a la que impulsó a estudiar. Hace poco ha ido a verle para enseñarle el título de ATS conseguido. En breve dejará sin efecto la pena a otro que entró allí con una navaja. "Tenía todas las papeletas para acabar en la cárcel y ha salido adelante. Mayoritariamente tiran adelante. Les supone un toque de atención importante y a los que están en situación más desfavorecida, les garantizas una formación y una educación a la a que no hubiesen tenido acceso".

Duro fue para él un caso de abusos sexuales cuyos detalles omite para que el menor no se reconozca. Aunque, advierte, en los abusos entre menores, "hay mucha leyenda negra": "Chavalas dicen que han sido violadas para ocultar a sus padres que se han iniciado ya en las relaciones sexuales. Es muy delicado y hay que andar con mucho tiento porque las penas son muy duras". Muy mal lo pasa cuando tiene muchas vistas que hacinan en calabozos en pésimo estado a menores, mayores que vienen de la cárcel y chavalas. Pero esta historia la deja para otro día, para el 18, cuando los jueces de Cádiz han convocado jornada de puertas abiertas para que los ciudadanos vean las condiciones en las que imparten justicia. Mientras, sigue esperando el prometido traslado a otra sede más idónea. "Llevo cinco años y hace tres que me voy. Pero aquí sigo".

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