Provincia de Cádiz

Condenado a 13 años el Cachimba que casi mata al policía de Puerto Serrano

  • La sentencia, muy lejos de la calificación fiscal, castiga homicidio en grado de tentativa y se decreta alejamiento del agente 19 años. Los hermanos se llevan 11 y 4 años de prisión.

Los Cachimba, sentados en el baquillo durante el juicio.

Los Cachimba, sentados en el baquillo durante el juicio. / Pascual

Si no hacen cafradas en prisión, los tres hermanos Cachimba que dejaron tuerto al agente local Juan Cadenas y casi acaban con su vida en enero de 2015, podrán estar en la calle en el año 2022, pero cuando lo hagan van a tener una deuda considerable, ya que tendrán que abonar a su víctima una indemnización de más de 360.000 euros sin contar con las costas del juicio. La sentencia de la sección 8º de la Audiencia Provincial, con sede en Jerez, conocida hoy, es condenatoria por los hechos ocurrido en 2015 en la comisaría local de de Puerto Serrano, cuando uno de ellos, Pedro, clavó un cristal en un ojo al policía local en unas horas de violencia sin control a las que siguieron el atrincheramiento en su domicilio.

Existe una diferente modulación en las condenas, muy lejos de las peticiones fiscales, que quería más de 30 años para el agreso y entre 15 y 20 para sus hermanos. El que se lleva la peor parte, como era de suponer, es el agresor, Pedro, que fue el que se enteró de que su hermano pequeño había sido detenido por conducción temeraria y estaba con los grilletes en la desprotegida sede la policía local del pueblo. Él fue el que entró furibundo rompiendo puertas y con un cristal caído en el suelo, que él mismo había hecho añicos, realizó la acción que casi le cuesta la vida al agente. Aprecia la sentencia un homicidio en grado de tentativa. Esto son nueve años de prisión, a los que luego hay que sumar la prohibición de estar más cerca de 200 metros de la víctima. A eso se añaden otros cuatro años de cárcel por atentado con objeto peligroso.

A José Venegas, el hermano que quiso evitar la detención de su hermano y que se presentó en la comisaría local casi al mismo tiempo que los agentes, con su hermano detenido, se le sitúia como cooperador necesario en la agresión, ya que se considera probado que al haber sujetado al agente local facilitó la salvaje agresión de Pedro contra Juan Cadenas. Por sujetar ese brazo y dejar sin defensas a Cadenas, José se lleva ocho y diez meses de prisión, además del alejamiento un mínimo de 200 metros de la víctima durante casi 19 años. También se penaliza con dos años de prisión las patadas que propinó al compañero de Juan Cadenas cuando éste trataba de practicar la detención de su hermano menor por conducción temeraria, pese a que es absuelto de lesiones sobre este mismo agente. es decir, se condena el atentado, pero no sus consecuencias, que habrían consistido en algunos moratones. De propina, es condenado a otros cuatro meses por haber cogido el coche de su hermano para perseguir a la policía sin tener carné de conducir.

Por último, Jorge, el hermano pequeño, detonante de todos los hechos que se produjeron en esa noche aciaga en Puerto Serrano, ya que la actuación de sus hermanos estuvo motivada por el hecho de intentar liberarle, es condenado a algo más de ocho años, donde se incluye, con cuatro años, el atentado con instrumento peligroso. Durante la agresión, Jorge jaleó a su hermano y pidió que rematara a Cadenas, al que le dijo "voy a cortarle el cuello a tu hijo, violar a tu mujer y pegarle dos tiros a la perra de tu madre», pero en todo momento se mantuvo esposado. Fue posteriormente, atrincherado en su domicilio, cuando lanzó losas y material de obra contra los guardias civiles que trataban de detenerlo, llegando a lastimar a uno de ellos. Además, son dos años y medio de prisión más otros ocho meses por su resistencia a la detención en diferentes grados (cabezazos, patadas, de todo hubo), más otros 14 meses por el delito inicial, el delito originario, conducir a cien por hora por el casco urbano de Puerto Serrano con su Peugeot tuneado. En eso tendría que haber quedado todo, pero al final el incidente dejó a un policía incapacitado de por vida para volver a trabajar, con terrores nocturnos y sueños recurrentes sobre lo sucedido aquella noche en la que no perdió la la vida por centímetros, los que separaban su ojo y su paladar de los órganos vitales.

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