urbanismo Paso adelante para el desarrollo de cuatro municipios

La Junta libera tras años de atraso la ordenación de la Costa Noroeste

  • El Consejo de Gobierno da luz verde a un POT que supone 360 millones de inversión · Mejorarán infraestructuras, habrá vías verdes, nuevos polígonos industriales y Trebujena tendrá golf con viviendas

Sanlúcar, Rota, Chipiona y Trebujena recibieron ayer la noticia que llevaban esperando años. El Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía rubricó el Plan de Ordenación Territorial que supone dinero contante y sonante para la Costa Noroeste, más de 360 millones de euros en los próximos 15 años, mejoras que llevan pintadas sobre el papel desde antes de 2007 y que habían obtenido en septiembre pasado el visto bueno del máximo órgano técnico de la comunidad, la Comisión de Ordenación del Territorio y Urbanismo de Andalucía. Hasta ayer, ese plan no era propiamente una realidad.

Lo que para los ecologistas es un sospechoso regreso al espejismo del ladrillo, para la Junta es "la integración de la Costa Noroeste en el sistema urbano de la Bahía de Cádiz-Jerez con la mejorar de sus comunicaciones; la compatibilización del desarrollo de la agricultura con el avance urbano y turístico, y el refuerzo de la protección de las áreas marismeñas y del litoral".

En este POT se encuentran actuaciones ineludibles, como la mejora de las infraestructuras en una comarca que parecía condenada a vivir de espaldas a sus vecinos, la campiña de Jerez y la Bahía de Cádiz, pese al roce directo de Sanlúcar y Trebujena con Jerez y la proximidad, frente por frente, de Rota con Cádiz. Chipiona, por su parte, apostó hace tiempo gran parte de su desarrollo al periodo estival y a cultivos autóctonos como la flor cortada, en un intento de salir adelante por sí solo. Este POT busca una integración que hasta ahora se le había negado a la gran huerta de la provincia.

El plan, sobre el papel, es algo más que respetuoso con la Ley de Costas, estableciendo cinturones de seguridad después del descontrol sufrido por este litoral entre finales de los 80 y principios de los 90. Se establece un corredor costero de uso público exclusivo con una anchura de 200 metros tierra adentro en todas las áreas no urbanizadas o clasificadas como urbanizables no sectorizadas, duplicando así la protección de la zona de servidumbre prevista en la Ley de Costas. A esta medida se añaden limitaciones de usos residenciales o industriales hasta los 500 metros. A cambio, se incluyen proyectos de regeneración de las playas.

El desglose de la inversión muestra un especial interés por las conexiones. 115 millones van a parar a nuevos accesos a Bonanza (Sanlúcar) y al puerto de Chipiona, mejoras en la entrada a Rota, ampliación de la capacidad en las conexiones con El Puerto y Jerez (carreteras A-491 y A-2078), la remodelación del enlace entre Monte Algaida y Trebujena. Habrá un estudio de viabilidad para la mejora del transporte público, de escaso uso, con la Bahía y Jerez. Pero es eso, solo un estudio. Hay algo más para el anticuado puerto de bonanza y para hacer más atractivos los puertos deportivos de la zona.

El siguiente punto tiene que ver con la política del agua. Por fin se contempla el cierre del anillo hídrico de la comarca mediante las conexiones El Agostado-Costa Ballena-Chipiona, que tantos problemas ha generado en verano, cuando la población de la comarca se triplica. Sanlúcar tendrá su planta depuradora, que incorporará las aguas procedentes de Monte Algaida y habrá un incremento de la capacidad de la depuradora de Rota, así como proyectos de mejora en Chipiona y Trebujena. La inversión superará los 55 millones.

Pero en realidad el meollo de la cuestión, de lo que estaban pendiente en buena media estos cuatro municipios, era del POT en relación con "la ordenación de las distintas áreas de uso residencial, infraestructuras y equipamientos, espacios protegidos y actividades productivas, con reservas de suelo para atender las distintas previsiones de infraestructuras, desarrollo económico y espacios libres". Se recogen así cuatro áreas de oportunidad: una de tipo productivo, otra para uso residencial y dos para la localización de proyectos turísticos. A ellas se suma una red de espacios libres con cinco parques comarcales.

El área de oportunidad residencial, es decir, ladrillo, proporcionará un total de 100 hectáreas de suelo en Sanlúcar. Esto supone que este municipio encuentra vía libre para construir entre 4.500 y 5.500 viviendas, de las cuales 2.750 serán de protección.

Las otras dos zonas tienen una mezcla de turismo y promoción de viviendas. Han sido, de hecho, las más problemáticas, pero tras la aprobación de ayer en el Consejo de Gobierno Trebujena, que entró vía alegaciones en la reordenación, ya sabe que su proyecto de campo de de golf contará con atractivas viviendas al lado del Guadalquivir y que Sanlúcar también podrá dotar de zonas residenciales a su complejo hípico .

El caso de Trebujena es el que más ha soliviantado a los ecologistas, que han criticado que fuera introducido en el POT por el Ayuntamiento vía alegaciones. Lo cierto es que la administración veía ese campo de golf, el de Gabela Honda, como una de las escasas inversiones factibles del sector en la región, tras la marcha atrás de muchos otros con los que ya contaban numerosos municipios. Los inversores ya habían dejado claro que sin viviendas y sin hotel, en una zona privilegiada del estuario del Guadalquivir, el esfuerzo económico no tendría sentido.

Además, el plan supone la creación de parques en los que centralizar actividad económica y con los que los alcaldes de la poblaciones afectadas contaban desde el inicio de esta legislatura. Son La Alcubilla, Central y Los Arriates en Chipiona; Punta Candor en Rota, y La Dinamita en Sanlúcar.

El guiño a la naturaleza es la última parte del POT, que admite la adecuación de tres vías pecuarias y la creación de itinerarios como la Vía Verde del Corredor Litoral o el Camino de las Salinas, que transcurre por las marismas de Bonanza, que, actualmente, en algunos de sus tramos, es un auténtico vertedero. El espaldarazo del plan es la solución al problema. A ello se sumará el tratamiento paisajístico del denominado Camino de los Plásticos, que se inicia en Trebujena, bordea el Guadalquivir y el espacio natural de Doñana y llega hasta Monte Algaida. Finalmente, se estudiará la reinundación de zonas de marisma que quedaron improductivas tras su desecación, con el fin aprovecharlo para turismo de naturaleza.

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