Provincia de Cádiz

Nevada de récord

  • Villaluenga y Benaocaz, los pueblos más afectados, se quedan varias horas incomunicados.

Y llegó ayer la segunda gran nevada del año a la Sierra gaditana. Impresionante, pintándolo todo de blanco y ocasionando algunos inconvenientes en las carreteras, la nieve volvió a dejar paisajes únicos en todo el entorno de la Sierra de Grazalema. La oleada de frío polar que ha dejado tiritando a todo el país arrasó el corazón de los pueblos blancos, bajando la nieve a cotas por debajo de los 500 metros. Así que municipios como Benaocaz, Villaluenga del Rosario y Grazalema se vieron sorprendidos por los copos blancos, que dejaron estampas invernales propias de los núcleos de alta montaña.

La crónica de la jornada dejó algunos inconvenientes sin consecuencias mayores. Por ejemplo, los habitantes de las poblaciones de Villaluenga del Rosario y Benaocaz se vieron incomunicados por carretera durante varias horas por la nevada que alcanzó entre 15 y 20 centímetros de espesor. Las autoridades decretaban sobre las diez de la mañana el corte de la carretera A-372, a la altura de la gasolinera de entrada a Ubrique, en dirección a estos dos pueblos, mientras se desplazaban hasta el lugar máquinas para limpiar y despejar de nieve de la vía. Al mediodía, la carretera de la famosa Manga de Villaluenga quedaba despejada, con lo que decenas de personas aprovecharon para echarse al camino venidos de distintos puntos de la geografía provincial y de las limítrofes de Sevilla y Málaga para conocer, de primera mano, los impresionantes paisajes vestidos de blanco.

Además, como en otras ocasiones, quedó el tráfico cortado durante las primeras horas de la jornada en los puertos de Las Palomas y El Boyar, que dan acceso a Grazalema. El Boyar quedó liberado para los vehículos sobre las dos de la tarde, aunque la Dirección General de Tráfico recomendaba precaución e incluso, a través de su página web, el uso de cadenas o neumáticos de nieve en ésta y el resto de carreteras del entorno del parque natural. Por su parte, la CA-9104, que une Grazalema con Zahara de la Sierra, la del puerto de Las Palomas, siguió cerrada al tráfico en 13 kilómetros. Esta vía llena de curvas suele ser la primera en cerrarse cuando nieva y la última en volver a la normalidad por lo escarpado del lugar.

"Desde el año 2000 no recordábamos una nevada tan fuerte en el pueblo", explicó ayer el alcalde de Villaluenga del Rosario, Alfonso Moscoso. Y es que esta vez los copos cayeron, desde las dos de la madrugada, hasta el mismo municipio, reconfortando a sus paisanos. Hay que recordar que es la segunda nevada en la zona en lo que va de año. En enero, llegó hasta el mismo pueblo de Grazalema pero no a los núcleos urbanos de Villaluenga y Benaocaz como sí ocurrió ayer. También los cerros más altos de Ubrique, Tavizna y El Bosque se llenaron del polvo blanco, cambiando por completo el paisaje.

Aunque la normalidad imperó durante todo el tiempo, algunos conductores se vieron sorprendidos por el fenómeno blanco. Fue el caso, por ejemplo, del sacerdote que administra el ministerio a varias poblaciones y que se quedó con el coche bloqueado en la vía por la nevada, lo que obligó al único policía local de Villaluenga a rescatarlo para que pudiera cumplir con un oficio en Benaocaz. Este agente tuvo que socorrer también a un enfermero y a un pescadero que quedaron igualmente bloqueados. Más allá de las anécdotas, no hubo que lamentar casos de conductores atrapados en otros puntos como sí ocurriera en la nevada caída en enero, que dejó el puerto del Boyar más de un día cerrado porque algunos vehículos quedaron atravesados en el asfalto.

Ciertamente, los termómetros se dispararon a la baja durante toda la jornada, llegando a dos grados bajo cero en Grazalema y sus alrededores. Y es que la ola de frío que ha azotado al país en los últimos días ha dejado también a la Sierra helada. Los habitantes y sobre todo los comerciantes y establecimientos hosteleros de los pueblos más altos del macizo llevan días esperando esta nevada que, a buen seguro, les traerá beneficios hoy. De hecho, bares, restaurantes y colmados han hecho acopio de más mercancías por si el polvo blanco asomaba. "La nevada de enero nos reconfortó turísticamente. Esperemos que lo haga también la de ahora", comentó una vecina.

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